Pasó la espuma de las elecciones y ahora se viene el tiempo de las negociaciones.
En la lista de concejales, Juntos obtuvo en La Plata un 44%, pero de ese 44% un 40% corresponde a la nómina radical encabezada a nivel local por Diego Rovella.
Por lo tanto, el número “puro” de la lista de Garro fue un 26.4%. No está claro que en noviembre, los votos radicales se sumen automáticamente a la lista que quedarán conformada básicamente por los nombres de la lista vencedora.
Si Juntos logra renovar cinco bancas (una hipótesis factible con los números de las PASO), la lista radical solo podrá meter a uno de los suyos en el Concejo Deliberante desde el próximo año. Sería Diego Rovella, que queda en el lugar 3 de la lista definitiva que veremos en noviembre en el cuarto oscuro.
La elección del radicalismo en La Plata fue superior a lo que esperaban desde el garrismo. A pesar de la enorme diferencia económica y de despliegue publicitario en las calles que hubo entre la UCR y la lista de Garro y Santilli, la brecha de votos no fue tan amplia. El garrismo no arrasó. Fue 60 a 40%.
Desde el ejecutivo local, previo a las PASO, todavía “chapeaban” con los resultados del 2017 y 2019 donde Cambiemos (luego Juntos por el Cambio) orilló el 50% en nuestra ciudad. El panorama parece no tan cómodo ahora: el voto propio, como se dijo, no llegó al 27%. Un llamado de atención. Serán claves las negociaciones con los principales actores del radicalismo platense para que Juntos pueda conservar el caudal sumado de las PASO.
La idea de ellos es no bajar del 40%. El Frente de Todos cosechó un 33% en nuestra ciudad. Teniendo en cuenta que ese espacio pueda sumar algunos puntos más en noviembre, la meta del 40% resulta fundamental para Juntos. Días decisivos en la relación entre la UCR y el PRO en nuestra ciudad.
