Se dice que muchos artistas crean algo en el comienzo de sus carreras y luego tienden a copiarse a sí mismos continuamente. Este parecería ser el caso del intendente Julio Garro que, quizá ya sin ideas, recurrió a repetir las casi exactas mismas promesas de campaña de 2019, que ya descaradamente incumplió.
Tal es así como el fondo municipal para el desarrollo del deporte, que en la última campaña electoral había prometido a los clubes barriales, a quienes nunca se lo concedieron. Este iba a ser de un total de 40 millones de pesos, había sido establecido por el decreto N° 1.134 y hasta incluido en el presupuesto municipal para el 2020.
Pero ninguna de todas las formalizaciones posibles de la promesa (ni la mediática, ni la institucional) lograron que el Intendente Municipal se apegue al valor de su palabra. Es así como en la rendición de cuentas aparece una disminución de 40 millones de pesos que nadie sabe donde fueron y tampoco se dio explicación alguna, a pesar de que ya se hayan presentado dos pedidos de informes distintos en el Concejo Deliberante.
Como un novio tóxico, arrepentido luego de mandársela por milésima vez, Julio Garro presenta un simple mensaje: "Te juro que esta vez es en serio". En ese sentido, durante la próxima sesión del Concejo Deliberante, se votará -y aprobará- un proyecto que promete lo mismo y en la misma época mágica: campaña electoral.
Otro proyecto de ordenanza que se aprobará seguramente en la próxima sesión es la autorización para que la Comuna tome deuda con el Banco Provincia, a fin de poder comprar luces LED, uno de los fetiches favoritos del Intendente, que cada vez que se instala la más mínima luminaria la publicita con un spot en video, cual televenta de Sprayette.
Llama la atención que esta iniciativa vuelva a ser otra vez en época de elecciones y, además, en medio de una crisis económica (aunque, a diferencia de 2019, ahora también acompañada de una crisis sanitaria).
Quizá el verso de la seguridad vuelva con la excusa de que nunca hay precio muy alto a pagar por ella, pero no hace falta detenerse mucho tiempo a reflexionar para darse cuenta que un par de coquetas luces LED quizá no sean la solución más efectiva, aunque sí la más linda.
Entre soluciones estéticas para el casco urbano y promesas eternas, pasan los días de la gestión garrista.
