Natalia tiene 30 años, es enfermera, vive en La Plata y junto a su novio mantienen un doble trabajo muy especial.
En marzo del 2020, cuando empezó la pandemia, arrancaron con un emprendimiento de venta de vinos y quesos. Y les va muy bien. Pero desde enero de este año ofrecen algo totalmente diferente: clases personalizadas para chicos con problemas en el aprendizaje.
Brindan clases de apoyo aprovechando los conocimientos de Natalia en Medicina, y los conocimientos de matemática de su novio que es ingeniero.
En diálogo con LAPLATA1.com, la joven comentó cómo surgió este segundo emprendimiento.
“Empezamos en enero. Al principio surgió por los problemas que tenían los hijos de nuestros compañeros de trabajo a la hora de resolver exámenes y tareas”, recuerda Natalia.
Pero luego se fueron expandiendo y directamente prestan un servicio para el público en general.
“Yo soy enfermera y comencé a ver en las redes sociales a personas con problemas con el tema del aprendizaje. Lo hicimos para dar una mano, no para generar dinero”, agrega.
Y es que cuando empezaron con las clases solo cobraban 200 personas por los 80 minutos de apoyo. Casi un regalo. ¿Qué es lo que hacen? Básicamente ayudan con problemas concretos de alumnos: trabajos prácticos, exámenes o temas que necesitan reforzar.
Natalia entiende que el contexto de la virtualidad alejó a los alumnos de los docentes, y por lo tanto el aprendizaje se vio afectado en materias sensibles como la matemática y la física. Son temas que los padres de los chicos no pueden resolver. “Necesitan de alguien con conocimientos técnicos”, dice la joven.
Han trabajado con alumnos de quinto grado y también con chicos que están por ingresar a la Facultad.
“Fue difícil en algunos casos. Los chicos nos planteaban que muchos temas no habían sido explicados por el docente. Tuvimos que explicarles desde cero temas fundamentales para la comprensión de la materia”, subrayó.
Hoy Natalia y su novio hacen las dos cosas en paralelo. El negocio de los quesos es la principal fuente de ingresos. Pero no es fácil: le surgieron muchos competidores.
“Nos abocamos al tema de los productos caseros, sin conservantes. Estamos en un contexto cultural donde las personas eligen cosas más sanas, caseras y saludables”, reflexiona.
Las ventas las hacen de manera online y también arman picadas personalizadas.
“La pandemia alentó a muchas personas a hacer emprendimientos, pero en varios casos no saben cómo comercializar u ofrecer sus productos. Por eso nosotros tratamos de contactarnos con distintos emprendedores pequeños y también les brindamos una mano”, completa.
Para consultar por las clases hay que contactarse al 221 617 2700.
