Claudio lleva 28 años trabajando en los cines de La Plata. Se encarga de una tarea esencial: renovar las carteleras de todos los establecimientos de nuestra ciudad.
El 20 de marzo del 2020, sin embargo, comenzaría un momento muy complicado para él. En diálogo con LAPLATA1.com, cuenta cómo salió adelante y el rol clave de su hija.
"Cuando arrancó la pandemia, cerraron los cines y me quedé sin trabajo. Solo cobrábamos lo que venía por el lado del ATP y el REPRO. Pero fue muy duro", recuerda.
Para colmo, semanas antes de que comience la pandemia habían terminado un curso de peluquería con su señora y estaban por abrir un local nuevo. Ese proyecto también se vino a pique.
Fue así que su hija tuvo una idea reveladora: utilizar una máquina de hacer pochoclos que Claudio había comprado varios años atrás. La máquina la habían usado para animar fiestas infantiles los fines de semana. Era un ingreso extra. "Íbamos a un cumpleaños y hacíamos pochoclo libre durante un año", explica Claudio. Él iba con su hija. Era un trabajo y también un punto de encuentro familiar.
Los conocimientos de su hija fueron claves para motorizar nuevamente el uso de la máquina. Esta vez ya no con cumpleaños presenciales, sino con entregas a domicilio de pochoclos ya armados. Le pusieron "Pochoclos platenses Wald Disney". Todo por redes sociales, un mundo totalmente desconocido para Claudio.
"Compraron los insumos y los baldes, y eso nos ayudó a vivir en la pandemia porque estábamos muy mal", reconoce el platense.
Ahora la situación económica se fue estabilizando. Claudio volvió a trabajar en los cines y ya abrieron la peluquería, pero aún conservan el servicio de pochoclos a domicilio. El maiz de la salvación.
