Diego es actualmente el encargado de la gomería ubicada en 185 entre 43 y 44. Una gomería con mucha historia.
A Diego lo conocen todos como “Perico” y dialogó con LAPLATA1.com sobre este emprendimiento que le cayó de manera sorpresiva. Él, en realidad, trabaja en el Servicio Penitenciario Bonaerense.
Pero su llegada a la gomería tiene que ver con el amor. Conoció a su actual pareja en febrero del 2019, a los pocos meses se casaron y ese mismo año ya se estaba haciendo cargo del negocio con su flamante cuñado.
En los 30 años anteriores, la gomería había estado a cargo de sus socios fundadores: José Luis Mercado y Germán Mercado. ¿Quiénes eran? José Luis era el esposo de su actual pareja y Germán su suegro.
En el 2015, la tragedia azotó a la familia: José Luis falleció cuando fue a pescar y el negocio quedó a cargo de Germán, que ya era una persona grande. Afectado posiblemente por la pérdida de su hijo, el hombre enfermó y también perdió la vida. Ellos eran el corazón del negocio. En los últimos años, sin embargo, la cosa no marchaba del todo bien.
Diego cuenta que nunca imaginó “heredar” la administración de la gomería. Se lo propuso su cuñado. Primero trabajaron juntos pero luego su cuñado consiguió otro empleo y él quedó solo. Gracias a Dios fue temporario. Su cuñado volvió: “Es MacGyver”, dice entre risas Diego. Y es que él le enseñó prácticamente todo.
“No tiramos manteca al techo, pero podemos vivir. Al principio no quería saber nada. No podía arreglar la cubierta de un camión. Pero con práctica fui aprendiendo”, sostiene Diego.
De a poquito, y sin mucha plata, pusieron de pie nuevamente el lugar. Lo acondicionaron. Y se fueron ganando el cariño de todo el barrio. Hoy lograron afianzarse. Y eso que en el medio tuvieron que padecer una pandemia.
“Viene gente de Lobos, de Saladillo, de la zona. Y como también abrimos los domingos, la gente nos agradece. Generalmente no hay nada abierto los domingos”, cuenta el “Perico”.
El amor y los fierros unidos.
