Lidia Estela busca a su hermana biológica. Nació en 1962 y se trata de una historia llena de mentiras, versiones encontradas y maldad.
“Yo sabía que era adoptada y me decían que no tenía que decir nada porque habían pagado muy caro por mí. La gente que me adoptó era gente grande, que incluso después me mandaron a la casa de una de hijas”, cuenta Lidia en diálogo con LAPLATA1.com.
“Yo les preguntaba si no tenía hermanos, abuelas, y siempre me decían que no sabían nada. Desde los 15 años empecé a buscar; cada vez que veía un registro civil preguntaba si tenían mi documento original”, recuerda.
Fue una larga peregrinación. Preguntó en Casa Cuna y luego en el Registro de las Personas expuso su situación. En el 2002 fue a Abuelas de Plaza de Mayo y le concertaron una entrevista con Hijos. Allí la escucharon pero como su caso era anterior a la Dictadura la derivaron a la Defensoría del Pueblo.
Finalmente, lograron dar con su legajo de adopción, pero con datos muy confusos e irregularidades. Al menos, sin embargo, empezó a contar con algunos nombres y apellidos.
“En el 2014 logré encontrar a dos medios hermanos de apellido Ponce. El más grande corroboró el nacimiento de mi hermana, que mi mamá quería que se llamara Silvia y que él escuchó que mi papá se la entregó a un político”, señala.
Aparentemente, su hermana habría sido entregada a un “político de derecha”. A Lidia no le cierra mucho esa historia ya que supuestamente su papá biológico era “comunista”. Esto lo supo cuando Lidia encaró a su madrina adoptiva y le pidió que le contara la verdad de su mamá, o de lo contrario iba a denunciarla. “El hijo de puta de tu padre, que era comunista, se la vendió a la secretaria de un político”, le dijo.
“Con relación a mi hermana, realmente yo no sabía si era verdad el dato que me daba o si era un invento más, sobre todo por la referencia política que me daba, dado que si papá era comunista no iba a entregar una nena a una persona de derecha. El resto de la familia no colaboró en darme datos”, agrega.
Otro dato increíble: su madre, que falleció en 1963, seguía figurando en los padrones para votar como si estuviera viva. En el 2017 Lidia realizó el trámite y ya no figura más. Una irregularidad tras otra.
“Mi hermana Silvia Maria Sánchez nació en Hospital Público el 23 de Julio de 1963. De mi hermana no hay datos en adolescencia y niñez, no figura como fallecida en RENAPER, la partera que atendió a mi madre, trabajaba en la Maternidad Mouras del Hospital Penna CABA. Mi hermana fue sustituida en su identidad. Desde muy pequeña yo sabía que tenía una hermana. Yo les aseguro que por más que me proponga no buscarla más, todos los días recuerdo que tengo una hermana sin rostro”, completó.
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