Hace 35 años que se dedica a la profesión de su vida. De San Clemente a Pinamar. Sin escalas. Mucho tiempo. Y en un espacio de ensueño, con miles y miles de argentinos que se detuvieron a mirarlo. A él. A su fiel compañero de aventuras. El avión que hace publicidad remolcando carteles. Sí, el que escuchaste toda tu vida mientras tomabas sol en una playa argentina, o jugabas al tejo y parabas tu actividad porque sabías que ahí venía.
El responsable de acaparar la atención de grandes y chicos es Pablo Peralta, la inconfundible voz “del avión de la Costa”. Preparándose para afrontar otra temporada veraniega, se prestó a dialogar con LAPLATA1.com y aportó detalles e historias de lo que para él, es el motor de su vida.
“Mi pasión nació a los 13, 14 años porque me gustaba viajar y conocer, entonces pensé que la opción de ser piloto y reconocer distintos destinos me iba a ayudar a conocer. Hace 35 años que me dedico a esto, 33 en la Costa de manera ininterrumpida. Siento mucho orgullo, muchos clientes es la primera vez que hacen publicidad no tradicional, y el impacto es tremendo. Apuntamos a un público receptivo, a este tipo de publicidades, como lo es en la playa. El avión con la bandera gigante pasa siempre por los ojos del espectador, genera atracción”, le contó Pablo a LAPLATA1.com.
“Lo más loco que me tocó hacer fue un sábado por la tarde, a las 17 en punto tenía que pasar remolcando un cartel que diga “papá sos de oro”. La persona agasajada iba a tomar el té con los mejores amigos de la infancia, cumplía 75 años, y la condición era esa, pasar con puntualidad sino no se cobraba”, agregó.
En cuanto a la aventura de trabajar en las playas argentinas, Pablo resaltó que “dependemos de la meteorología, pero lo que hacemos como pilotos remolcadores es que si uno tiene que pasar tres veces para enganchar el cartel, va a pagar la cerveza o coca, lo hacemos como una especie de presión para hacerlo de una (risas)”.
Y puntualizó: “la publicidad aérea de remolques con carteles es efectiva, con un tiempo de exposición de 25 segundos, en donde el espectador tiene un alto recordatorio sobre las marcas que ven pasar. En un estudio, el 75 por ciento de las personas receptivas a un cartel recordaron la publicidad 24 horas después de haberla visto. No solo que remolcamos banderas de 6 metros de largo y 17 de largo, el avión tiene un imán, genera atracción, la gente mira igual, vamos a 500 pies, 150 metros de altura, llevando una bandera, y todos se preguntan cómo un avión tan chiquito la puede llevar. No deja de generar impacto visual”.
Asimismo, remarcó que “sobrevolamos estadios de futbol, canchas de golf, eventos al aire libre, mientras sea diurno, volamos con alguna marca”, e invitó al público en general a que se animen a publicitar en aviones remolcadores. Quien quiera hacerlo debe comunicarse al 11 4429 9759 o bien ingresando a la página web www.highfly.com.ar.
