Lo festejan en Estados Unidos y, como suele suceder, el resto de los países lo fueron apropiando. En Argentina no era tan común, pero desde hace algunos años se ve a cada vez más chicas y chicos disfrazados por las calles los 30 o 31 de octubre, y hasta algunos dicen la típica frase "dulce o truco".
Lo cierto es que cada vez más personas lo van adoptando al rededor del mundo con distintos motivos, en general para salir de fiesta y usar Halloween como excusa para pasar un buen rato, pero para otros es la noche ideal para cobrar venganza o atacar a otras personas.
De esta manera, una celebración que da "miedo", se transforma en una realidad de la mano de algunos, com oen el caso de un hombre en Tokio, u otro en Panamá, cuyos disfraces los llevaron a ser un poco más allá del personaje.
En el caso de Tokio, un hombre decidió personificar al Guasón, el villano de Batman, cuya personalidad la tomó muy en serio y decidió salir a acuchillar gente en el metro y dejó un saldo de aproximadamente diez heridos, aunque afortunadamente no hubo que lamentar víctimas fatales.
No fue así en Panamá, donde un grupo de personas personificaron "El Juego del Calamar", y allí sí hubo muertes. Allí, en un boliche a la vista de todos, ocho personas resultaron fallecidas a causa de un tiroteo. Se cree que, en realidad, era una guerra entre pandillas, aunque las autoridades están tratando de aclarar los hechos.
Noches fatídicas, muchos locos sueltos, personas disfrazadas y la delgada línea entre el morbo del disfraz y el miedo, y la venganza con sangre real que alerta a algunos fanáticos de "la noche de brujas".
