Marianela nació en Uruguay y hace 14 años vino por primera vez a La Plata. Tiene una historia de telenovela y hoy pisa fuerte en Berisso en pareja con un ensenadense de quién se enamoró de un “flechazo”.
Ahora con 40 años Marianela cuenta todo a LAPLATA1.com. Llegaron a nuestra ciudad por un viaje familiar. Ellos tenían familia aquí en Argentina y ese reencuentro fue un momento muy emocionante.
“Nos embarcamos rumbo a Colonia y cruzamos el Río una noche de luna llena. Teníamos mucha expectativa y emoción”, recuerda.
El resto de la familia los aguardaba de este lado del charco. Vinieron para pasar las Fiestas pero Marianela quedó impactada cuando llegó a la Argentina. “Con éste me caso”, le dijo a su mamá al oído en medio de los abrazos. Ese “éste” era Claudio, su actual pareja. Quedó enamorada de inmediato. Claudio era un amigo de la familia. Y comenzaron una relación.
“Bajamos en fila india llenos de maletas y yo con un bebé en brazos y otro de la mano. A lo lejos vemos a la familia que comenzaron a saltar y gritar de la emoción ya que hacía años no nos veíamos. En el tumulto de gente veo a Claudio parado y le comentó a mi madre en el oído ‘me caso’. Mi madre sonrió y seguimos camino. Después de abrazos, llantos de alegría y emoción, me comentaron que Claudio era amigo de la familia, de Ensenada, y prestó un auto para llevarnos a La Plata”, narra Marianela.
Fueron 5 días donde Marianela conoció a Claudio. “Hablamos y salimos, pero yo me tenía que volver a Uruguay. Pero quedamos en seguir en contacto”, cuenta.
Eso sucedió y la relación no se detuvo aunque obviamente con los límites que implicaba la distancia. “Hablábamos horas y horas por teléfono, y viajábamos cada 15 días para vernos”, comenta.
Sin embargo, para Marianela las cosas no marcharon cómo quería en Uruguay, sobre todo en lo laboral. Cerró la fábrica textil donde trabajaba y la cosa se puso dura. Por eso decidieron volver a La Plata. Desde ese momento nunca más se separaron Claudio y Marianela.
“Fuimos aceptados y nos hicieron sentir como en casa. Tenemos DNI, mis hijos están de novio con chicas argentinas. Y somos parte de la colectividad uruguaya, donde nos reunimos con otros compatriotas y recordamos, lloramos, bailamos, como si estuviéramos en Uruguay. Nunca dejé de pensar en volver”, explica Marianela.
Hoy llevan a cabo un emprendimiento gastronómico que pisa fuerte en Berisso: chivito al pan con fritas, chivito al plato con rusa y fritas, olímpicos de jamón y queso, olímpicos de atún y Postre chajá de durazno, son algunas de las delicias con olor charrúa. Arrancaron en la pandemia y no frenaron.
“La idea es seguir, crecer y poder darle trabajo a más gente. Pero obviamente cuesta”, completa.
