Una situación con ribetes cinematográficos tuvo lugar en una casa de City Bell. Delincuentes ingresaron sigilosamente en una vivienda de 471 entre 17 y 19.
Todo sucedió al mediodía. La joven estaba preparando un almuerzo e iba a recibir a varios amigos.
Pero el plan rápidamente se desactivó. Los empleados que trabajan en la casa advirtieron la presencia de estos extraños y allí comenzó la violencia. Golpes y cachetadas para ponerlos a raya.
Y luego un increíble plan: se hicieron pasar por los pileteros de la vivienda y recibían a los jóvenes que ingresaban a la casa. En todo arribaron 12 personas a la casa, lo que permitió ampliar el botín del asalto.
Al primero de los amigos que arribó lo ataron de manos, contó la joven. Los iban llevando a diferentes dormitorios y los maniataban con cables. Esa fue la estrategia de los delincuentes.
Inclusive, hasta le dijeron a la joven anfitriona que tenían secuestrado a su hermano en otro lugar. Luego confirmaron que era mentira. La denuncia ya fue radicada en la comisaría décima.





