En el día de ayer se llevó a cabo la detención de Juan Carlos Lamarque, principal sospechoso del crimen de Alejandro Fernández, el mecánico que tenía su taller en Tolosa.
LAPLATA1.com se comunicó con Raquel, una de las hermanas de la víctima. Y tuvo palabras muy duras contra Lamarque. La familia está convencida de que él fue el asesino.
“Son las horas más duras, decisivas y angustiantes. Nosotros como familia sospechábamos y tratábamos de encontrarle la vuelta de por qué alguien querría hacer daño a Ale, porque él no tenía problemas con nadie”, arrancó.
Sobre Carlos Lamarque, fue contundente: “Es una porquería, lo conozco hace 30 años, nunca me inspiró confianza. Era muy soberbio y siempre que lo veía a Ale era para pedirle plata. Ale intentaba que la relación no fuera tensa. Le defraudó la confianza. Lo mató a traición”.
De todas formas, no tiene claro cuál pudo ser el móvil. Tampoco la Justicia. “No te sé decir cuál sería el motivo para matarlo como lo mató, con la saña con la que se manejó. Esto fue con odio. Él demostraba ser soberbio, pero jamás me imaginé que pudiera actuar con tanto odio”, dijo.
Pero aclaró que “hay pruebas que lo involucran”. “Fue la última persona que estuvo con mi hermano. Cuando su mujer se entera, ella quedó destrozada y llorando en el taller, y el tipo se fue a la casa. No podés dejarla ahí”, explicó.
“Lo llamábamos y no venía. Era el último que lo había visto. Lo tuvo que ir a la buscar la policía. También es increíble la frialdad con la que se manejó”, agregó. “Ah, no sabía nada”, habría dicho Carlos Lamarque cuando le avisaron de la muerte de Alejandro, casi sin sorprenderse.
“Recién estamos reaccionado. Todavía no puedo creer que mi hermano no esté. Esperamos que caigan todas las personas. Porque no fue solo ese hombre. Tiene 63 años y la maniobra que hizo con tanta rapidez no pudo haberla hecho solo. En 15 minutos”, siguió Raquel.
Y cerró: “Ale fue un héroe del 2 de abril, salvó muchas vidas y hoy queremos devolverle la paz. Fue un excelente padre, amigo y hermano. Recién ahora iba a disfrutar de su casa. Su taller era su templo. Todo se lo sacaron”.
