"No vayan a Bye Henry, terribles discriminadores", comenzó contando una jove platense, luego de vivir una noche para el olvido en 44 entre 16 y 17, donde se ubica uno de los boliches más conocidos y concurridos de la ciudad.
Martina, una chica que vive en La Plata, se dirigió a aquel lugar hace unos días para poder pasar una buena noche con amigas. "Fuimos a festejar el cumpleaños de una de ellas. Cuando llegué, pedí una mesa para 5 y ña chica de la entrada me dijo que no había lugar", comenzó contando.
Luego de un poco de insistencia, les respondieron que había una mesa en el fondo, pero que no iban a poder pasar con la silla de ruedas en la que Martina se moviliza.
Las respuestas eran cada vez peores: que había lugar, pero que no podría pasar, que si pasaba iba a tener que pedirle a la gente que estaba en el lugar que arrime sus sillas y eso era "de mala educación", hasta que otro empleado se acercó y le dijo que "el bar después se arma boliche, y va a ser un lío con la silla".
Martina explicó que se quedó "en shock", y argumentó: "Los que me conocen saben que salgo bastante y nunca me pasó algo así. No puedo creer cómo es que siguen existiendo estas situaciones de discriminación casi terminando el 2021".
La joven quedó completamente indignada con la situación, por lo que desde el boliche respondieron. En el comunicado, expresaron su malestar e hicieron responsable a un empleado, quien habría quedado desvinculado del lugar tras lo sucedido.
