Débora es de La Plata pero ahora vive en el barrio Los Talas de Berisso. Bastian es su hijo: tiene 7 años y es autista.
En diálogo con LAPLATA1.com, Débora cuenta en primera persona como son las fiestas y las repercusiones que genera la pirotecnia sonora en su pequeño y en el resto de la familia.
“La idea no es sacarle el trabajo a nadie; hay muchas familias que viven de eso. Lo que queremos es instalar es la campaña con el lema ‘más luces y menos ruido’. Lo que queremos evitar son las pirotecnias de alto voltaje”, explica.
En ese sentido, cuenta que desde hace mucho tiempo no pasan las fiestas en familia. “Tenemos que hacerlo dormir temprano. O, sino, tenemos que encerrarnos en el baño”, señala.
Sabiendo de la situación, el propio Bastian debe ponerse los auriculares para escuchar música y tapar los ruidos de los estruendos. Débora manifiesta que esos 30 o 40 minutos de mayor pirotecnia son muy difíciles.
“Los ruidos le provocan muchas crisis y se autolastiman. Se convierte en algo triste que no se puede manejar. No podemos participar de fiestas en familia porque surgen estas cuestiones. Es una situación muy difícil, por eso es importante seguir incentivando esta campaña de concientización”, apunta.
Inclusive, Débora explica que suelen festejar la Navidad el 23 de diciembre, un día antes. No les queda otra. A las 22 horas del 24 de diciembre tratan de estar todos durmiendo.
“Uno como adulto busca todos los medios para tratar de que los chicos no sufran, y sea todo lo más ameno posible. Nos ayudó mucho el tema de las terapias en la parte sensorial. Por eso es importante la detección temprana. No se cura ésto, pero sí te enseñan cómo trabajar estas secuencias”, concluye.
