"¿No me esperaban?", soltó el 10, cuando se abrió la puerta del otro lado. Eran las 12 del mediodía de un día común y corriente, y el invitado menos pensado se hacía presente en ese domicilio de la ciudad de Berisso. El anfitrión, todavía hoy incrédulo, con perplejidad lo hizo pasar. El resto de los comensales tampoco lo podía creer y se rindieron ante su llegada. Era Diego, por unas horas ya no sería el entrenador del equipo ni el mejor jugador de todos los tiempos. Era el hijo de Doña Tota y Chitoro, y por lo tanto, uno más en ese asado.
"Tocan el timbre y fui a abrir yo, porque era mi casa. Nos miramos porque estaban todos mis compañeros adentro y no faltaba nadie. De repente abro la puerta y era Diego, con su típica frase ‘no me esperaban’. Entró 12 del mediodía y se fue a las 19. Pasamos un día increíble", reconoció al respecto Lucas Licht, en diálogo con Radio La Red, post presentación como nuevo jugador de Villa San Carlos. La historia, por conocida que ya sea, toma más valor con cada palabra que agregan los protagonistas. "Era contar anécdotas, jugar a las cartas y de repente decir ´no puede ser que esté igual que nosotros’", admitió luego, sobre aquella jornada.
El menú incluyó asado, hecho por los utileros del plantel albiazul y después entre cartas y charlas, se pasó todo el día. "Diego hablaba mucho del lugar en donde estaba, en el country que vivía, y decía que le gustaba que su nieto Benjamín esté jugando en la pileta, en una cancha, al aire libre”, detalló el ex capitán del Lobo. No es casualidad que Licht y el resto de las personas que conocieron al mejor jugador del mundo en la intimidad se refieran a él como Diego y no como Maradona. “Era algo extraordinario humanamente, por eso cada vez se hace más grande. Es muy difícil haber vivido como él con la vida que tuvo”, explicó.
Entre sus recuerdos más preciados dentro de la exitosa carrera que tuvo el "Bochi" guardará por siempre haber sido el capitán del Gimnasia de Maradona y la relación que ambos afianzaron dentro del Lobo. "Nosotros lo vimos siendo feliz estando en Estancia Chica. Recuerdo cuando se estaba por ir el presidente y él no estaba yendo a entrenar. Yo le dije que iba a llevar a mis hijos a sacarse una foto con él, tratando de convencerlo para que vuelva. Y el primer día que vino me dijo ‘mirá que no me olvidé. Traelos mañana’. Tenía eso que era único", concluyó el flamante refuerzo del "Celeste".
