A Claudio Morales lo conocen todos. En Los Hornos, su barrio, lo van a encontrar como “El Pela”. Sus viandas son furor y se rompe el lomo día a día para ganarse el mango. ¡Ah! además cocina él. Un todoterreno.
Su historia de vida merece ser contada. Por ser un ejemplo y porque en los tiempos que corremos le serviría a más de uno como empujón, para seguir adelante a pesar de las adversidades.
A sus diez meses de vida, caminaba por la cama, se cayó sobre su pierna izquierda y terminó con una luxación de cadera, se le salió de lugar.
Hace ocho años volvía de trabajar en bicicleta, agarró el verdín, se cayó sobre la misma pierna y se fracturó el fémur. El médico le diagnóstico osteoporosis y a partir de ese momento comenzó a transitar su vida con su nueva compañera, la que estará con él hasta sus últimos días: la silla de ruedas.
“Siempre tuve discapacidad, nunca me impidió nada. La silla de ruedas fue como un cambio de hábito, me acostumbré y mientras me deje trabajar, lo voy a seguir haciendo para tener mi sustento”, le contó con un semblante envidiable, Claudio a LAPLATA1.com.
“Salí a buscar trabajo con mi silla de ruedas, nadie me daba la oportunidad, y como trabajé en casa de comidas, empecé a vender al público. Primero empecé con ensaladas de frutas y después agregué más variantes”, agregó el hombre de 60 años.
Sobre su llegada a la ciudad, recordó que “la gente me recibió muy bien, vine de Cañuelas, me divorcié y me quedé. Me enamoré de la ciudad. En cuanto a mi situación y el mensaje que puedo dejarle a quien pase lo mismo, es no hay que bajar los brazos, nunca. Yo no pido nunca nada, mientras pueda trabajar y me de mi sustento, voy a seguir”, cerró.
Quien quiera contactarlo debe comunicarse al 221 477 4776.
