Claudio Pintos es de La Plata e inició una segunda búsqueda de su padre, que aparentemente se fue en el momento en que estaba por nacer.
Tiene información limitada y algunas versiones cruzadas sobre su papá. Sabe que se llamaba Gustavo Alejandro y lo apodaban “Gurrumín”. También, por el relato de su mamá, supo que ellos tuvieron una relación corta, entre 1985 y 1986. Allí fue que nació él.
Vivieron algún tiempo en 529 entre 17 y 18, y luego se mudaron a Punta Lara. Hoy debe tener entre 55 y 60 años, y averiguó que los hijos de “Gurrumín” fueron a la Escuela 20 de La Loma.
“La búsqueda anterior la hice puerta a puerta a partir de información de una tía mía. Pudo darme nombres de personas que lo conocían, me pudo contactar con esa gente pero no lo veían desde hacía muchos años y no sabían dónde vivía”, cuenta Claudio a LAPLATA1.com.
“Nunca estuve muy cerca de un encuentro. Él sabía de mi existencia pero no sé si en un momento intentó verme y acercarse. Trato de no sondear con mi mama porque tampoco la quiero lastimar”, agrega.
En su cabeza rondan diferentes versiones: una es que su propia madre impidió que el sujeto se acercara. Otra explicación, según le contó una tía, es que su papá intentó acercarse pero su actual esposa lo presionó para que eso no ocurriera. Otra alternativa es que él directamente no haya tenido intención de un reencuentro.
“Tengo fe de que pueda llegar mi búsqueda a su oído. Pero si él me dice: ‘Che loco, reencontrarme con vos me trae problemas’, se termina ahí la búsqueda. No tengo la intención de traerle problemas a él. Siempre está la esperanza de uno de charlar con él. No le voy a reprochar nada ni tampoco quiero hablar del pasado con mi madre. Si él quiere contármelo, bienvenido sea. Pero quiero conocerlo y tener una relación. No pretendo nada de él”, agrega.
Según cuenta Claudio, su mamá es algo cerrada. No tuvieron una charla en profundidad sobre este tema. Un dato que no tienen es el apellido del hombre. Eso sería un paso determinante en la búsqueda.
“Tampoco pretendo que mi padre se siente a recuperar todos estos años. Lo que quiero es decirle: ‘Hola viejo, ¿cómo estás?’. Si fluye la relación, buenísimo, pero sino pasa eso, seguiré mi vida. Ya tengo una familia hermosa y soy una persona grande”, concluye.
