Ingrith Peña es una cantante lírica de Colombia que trata de pisar fuerte en La Plata después de un largo periplo que incluyó también una instancia previa en Caballito. Ahora vive en Berisso. Duda de quedarse en la ciudad. Incluso en el país. Sueña con Europa.
En diálogo con LAPLATA1.com, esta bogotana cuenta su particular historia.
“Me recibí en Colombia y quería tener experiencia en el exterior. Argentina entraba dentro de los candidatos porque era conocida como la Europa Latinoamericana”, recuerda. Todo se remonta al 2010. Alquiló en una pensión que era solo para mujeres y debió dejar a su hijo, de solo 6 años, con su familia en Colombia. Un duro momento.
Vivió en Caballito y en uno de sus primeros días le robaron en el subte. Hoy lo recuerda con una sonrisa. Y cuenta que la cultura del mate le provoca mucho asco: “Me parecía completamente asqueroso el mate, pero me parecía una práctica fraterna. Compartir la bombilla me parecía terrible desde la higiene”.
Finalmente logró trabajar en un restaurante árabe en Palermo como moza, y luego en un call center. Como el papá de su hijo iba a estudiar una carrera en Bellas Artes de la UNLP, decidieron la mudanza. Armaron las valijas y cayeron en La Plata.
A Ingrith le gustó el cambio: ciudad planificada, las diagonales, las plazas cada 6 cuadras, entre otros rasgos que enumera la colombiana.
Pero chocó ante una situación laboral muy dura: “Me costó conseguir trabajo. Fue casi imposible. Ni siquiera me llamaron a una entrevista. Fue una etapa complicada. Creía que no iba a seguir. Y tenía ganas de irme”.
“Vivíamos en Los Hornos, en 141 y 60. Era un especie de dúplex. Yo tenía que practicar, cantar, pero se escuchaba todo. Yo abría la boca para precalentar y mis vecinos escuchaban todo. Y también en la calle. Me sentía muy mal. No sabía qué hacer. Ni siquiera podía cantar”, recuerda.
Y activó una importante inversión para tener su propia pieza de canto sin molestar al resto: la revistió con durlock y fibra de vidrio: “Se escuchaba pero mucho menos. Y se me ocurrió dictar clases ya que había gastado tanta plata”.
La expedición de esta colombiana no se detuvo. Algunos meses después se mudó a un departamento más amplio en el centro platense y ahora vive en Berisso. Siempre con el canto como aliado.
Estuvo en Santa Cruz, Rosario, Corrientes, las Cataratas del Iguazú. Le gusta el país pero pone reparos sobre su futuro.
“La Argentina es un lugar muy lindo y tiene riquezas por todos lados. Pero desafortunadamente es un país en crisis política y económica, y eso se ve reflejada en gente como yo, que es independiente y emprendedora. Estamos siempre perdiendo. Yo alquilo y cada vez aumenta más todo”, señala.
“Colombia es hermoso, y extraño a mi familia y la comida, pero tampoco allí hay oportunidades de crecimiento personal”, agrega también.
Ahora no descarta mirar hacia el Viejo Continente. ¿Será su próximo destino?
