El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, a quien Estados Unidos busca extraditar tras acusarlo de traficar unas 500 toneladas de cocaína, escuchó este jueves de boca de un juez la acusación y los elementos en su contra, y deberá ahora esperar la decisión final de la justicia sobre su eventual envío a Washington.
Hernández fue llevado en medio de un fuerte operativo de seguridad con vehículos blindados y un helicóptero desde la sede policial donde pasó la noche hasta la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
"¡No está solo!", lo alentaron decenas de simpatizantes del Partido Nacional (PN) que los apoyaron frente a la sede de la Corte, enfrentados a simpatizantes del ahora gobernante partido Libertad y Refundación (Libre), que celebraban la detención.
La audiencia inicial se extendió por dos horas y el magistrado ordenó entonces un receso.
Según el procedimiento habitual, el juez debería llamar a otra audiencia en un mes, aproximadamente, para la presentación de pruebas y después, entre un mes y dos, tomar una resolución sobre el pedido de extradición.
Detenido el martes en la puerta de su casa en Tegucigalpa por la policía en coordinación con agencias estadounidenses, incluida la agencia antidrogas DEA, el exmandatario no ofreció resistencia y dejó que le pusieran un chaleco antibalas y lo esposaran de pies y manos con cadenas.
El expresidente conservador, que dejó el poder a la líder de izquierda Xiomara Castro el 27 de enero tras gobernar Honduras ocho años, pasó la noche en un cuartel de las fuerzas especiales de la policía.
La Cancillería de Honduras reveló el lunes que EEUU solicitó formalmente la extradición de Hernández, incluido desde julio pasado en una lista de "actores corruptos y antidemocráticos" del Departamento de Estado, que revocó la visa del expresidente.
El proceso está encabezado por el magistrado Edwin Ortez, elegido por unanimidad por la Corte Suprema de Justicia para escuchar el caso, y ordenar la eventual extradición del acusado a EEUU.
El vocero de la Corte Suprema de Justicia, Melvin Duarte, precisó que en otros casos los procesos de extradición no demoraron más de cuatro meses.
Hernández, de 53 años, es acusado por el Gobierno estadounidense de traficar unas 500 toneladas de cocaína a través de Honduras, a sabiendas de que terminaría en Estados Unidos, indicó la embajada estadounidense en Tegucigalpa en un comunicado.
Enfrenta tres cargos, entre ellos "conspiración para importar una sustancia controlada a los Estados Unidos".
También se le acusa de "usar o portar armas de fuego (...) ametralladoras y dispositivos destructivos". Un tercer cargo es por "conspiración para usar o portar armas de fuego (...) en apoyo a la conspiración de importación de narcóticos" a Estados Unidos.
Hernández, está acusado de haber conspirado con su hermano Tony, un exdiputado que fue condenado a cadena perpetua por narcotráfico en Nueva York el año pasado.
