Un propietario platense contó los motivos por los cuáles había decidido dejar de alquilar su PH ubicado en la zona del Parque Saavedra y desató una interesante discusión, con algunos comentarios subidos de tono, con inquilinos.
Según manifestó el hombre, la falta de compromiso de los inquilinos y los problemas generados por la Ley de Alquileres fueron los dos elementos que causaron su decisión de poner el departamento a la venta. Hoy lo alquila a solo 18 mil pesos, pero sabe que su valor real es de al menos 30 mil pesos mensuales. Hizo un acuerdo con el actual inquilino: si logra vender, el desalojo es inmediato. De allí su bajo precio actual.
“Voy a vender porque me cansé de que por seguridad económica y ser parte de la rueda pierda mi salud haciéndome problemas”, dijo y contó algunas situaciones que vivió con antiguos inquilinos: “Varias veces me lo entregaron pintado y tal vez hubiera sido mejor sincerarse y comprarme la pintura y no hacerlo de la manera que lo hicieron. Al mes hubo que restaurar y pintar de nuevo”.
Otros propietarios hablaron en el mismo sentido y hablaron de incumplimientos graves de los inquilinos: “Después de 7 meses de vencido el contrato logramos que se fuera. La casa la dejó destruida y en su estadía de dos años y 7 meses no limpió nunca. Mugre al por mayor. Pérdida de dinero con meses de alquiler que no pagó, pérdida de dinero con los arreglos que hay que hacer porque destruyó la casa”. También comentaron el caso de un inquilino que hasta cambió la cerradura sin consultarlo con el propietario.
Por supuesto, luego trataron de explicar que no se podía generalizar y que había inquilinos con un muy buen comportamiento.
Volviendo al caso del Parque Saavedra, el propietario señaló que la nueva ley consagra muchos beneficios para el inquilino pero que no se terminan poniendo en práctica porque los propietarios, por falta de incentivos, dejan de alquilar, lo cual pone presión a los precios.
“Me canso de alquilar porquerías que siempre hay que arreglarles algo y nunca ponen un peso ni para las tapitas de la luz. Si no te sirve vendelo y punto. Y el discursito sacrificado y meritocrático hablando mal de otros es patético”, retrucó fuerte una inquilina al hombre.
Respecto a la posición de ir hacia métodos compulsivos, judiciales o de desalojo por incumplimiento de los propietarios, el hombre reflexionó: “No es tan fácil recurrir a métodos compulsivos cuando te lo piden de una forma que se te mete en la piel y que pensás que hacer eso es de mala persona, hasta que muy tarde te das cuenta que los otros no eran tan buenos como parecían. Hay dos formas en que te puedan estafar. Una es la ambición desmedida y la otra es la confianza traicionada. Producen lo mismo pero tienen distinto origen”.
