"Era agobiante y estresante": el propietario de La Plata que se cansó de todo y tuvo que “regalar” su departamento hasta 2024

Sociedad 21/03/2022 . Hora: 11:21
”Era agobiante y estresante”: el propietario de La Plata que se cansó de todo y tuvo que “regalar” su departamento hasta 2024
Francisco Angulo
Por Francisco Angulo
Periodista.

Carlos es jubilado, vive en La Plata y junto a su pareja ya tienen una cosa decidida: no alquilar más su departamento tras muchos años de hacerse “mala sangre”. Una “mala sangre” que terminó con un caso aún judicializado.

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Su historia es la historia de muchos propietarios. El platense alza la voz y habla con LAPLATA1.com sobre su situación. Es un relato para tener muy en cuenta en tiempos donde se debate los resultados y posibles cambios de la Ley de Alquileres.

“Se necesita conocer la otra voz. La voz de los propietarios. No todo es un mercado concentrado como se describe. No somos un cárter de propietarios donde todos nos ponemos de acuerdo para complicarle la vida a los inquilinos. No somos especuladores, no queremos perjudicar a los inquilinos”, explica.

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“La pandemia hizo que la mayoría de los estudiantes haga clases remotas y entonces dejaron de necesitar alquilar en La Plata. La mayoría rescindía los contratos. Cuando se volvió a las clases presenciales, subió mucho la demanda pero simultáneamente con la Ley de Alquileres cayó la oferta. Fue una ley que buscaba tutelar a los inquilinos, pero terminó siendo gravoso para los propietarios”, destaca.

El mencionado departamento está en la zona de Parque Saavedra. Lo tuvieron con mucho esfuerzo de toda la familia.

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Para ilustrar los dolores de cabeza, Carlos señala que ninguno de los inquilinos hizo uso de una cláusula de mejoras. Mediante ella, si el inquilino hacía mejoras en el lugar (por ejemplo, colocarle un aire acondicionado), ellos le reconocían con un descuento en el valor mensual del alquiler. Era una rebaja de hasta un 20% mensual hasta llegar al monto final de la mejora. Pero nadie lo utilizó. El lugar fue perdiendo valor, se fue desmejorando.

“Tuvimos problemas con la devolución del departamento, por el desgaste y el uso. Yo deseché a las inmobiliarias porque pedían requisitos imposibles, y además no hacían nada. Solo intermediaban para el cobro del alquiler”, sostiene.

“En una de las ultimas locaciones que yo hice, a la semana que habían ingresado dos estudiantes, entraron a robar a la propiedad. Yo me solidarice, traté de ver qué se podía hacer porque habían estado shockeadas. En común acuerdo con los padres hicimos una reja en el techo. Se techó todo el patio para que no pudiera ingresar nadie. Ese tipo de gastos es muy difícil de restituirlo; va a en desmedro de tener un ingreso, que es el objetivo de un propietario: obtener una renta”, apunta Carlos.

Pero la gota que rebalsó el vaso fue el último inquilino, según señala Carlos. El inquilando fue dilatando el traspaso de los servicios a su nombre y finalmente dejó una deuda muy importante: 5 meses de Edelap sin pagar y 3 bimestres de Camuzzi.

“Tuvimos que hacernos cargo. Él tenía un seguro de caución y la compañía en medio de la pandemia no quería pagar. Hoy por hoy estamos judicializados con ese reclamo. Por ese motivo, cuando se desocupó, no podíamos continuar alquilándolo porque implicaba perder los derechos de reclamo de esa caución”, dice.

Finalmente, lograron llegar a un acuerdo de palabra con otro inquilino. No podían firmar nada. Pero ese alquiler, que es el que está actualmente vigente, tiene cifras irrisorias: durante el 2021 salió 14 mil pesos por mes. Y para el 2022 y 2023 los valores son 18 mil y 22 mil pesos. Un verdadero regalo teniendo en cuenta la evolución de la inflación.

“Está lejísimos del valor del departamento pero en ese momento era lo más adecuado. Fue de palabra. Las partes estuvimos de acuerdo. Hoy lo sigo respetando. Esto demuestra que no todos los propietarios pasan por una situación de especulación. Somos de clase media, o clase media-baja. Yo trabajé toda mi vida. Vivimos mucho tiempo gracias a ese alquiler”, señala Carlos.

Pero hoy ya no quiere más dolores de cabeza, más problemas. Dejará de alquilarlo. Lo pondrá a la venta. Y ya planea su nueva vida: con esa plata construir algo pequeño en Valeria del Mar, su otro lugar en el mundo.

“Era agobiante la situación y estresante en todos los aspectos”, completa Carlos.

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