Ian tiene 8 años y es un verdadero guerrero. Superó momentos muy complicados y la Ciudad de La Plata fue un lugar clave para que hoy esté avanzando junto al amor de su familia.
“Nació a las 34 semanas, y eso complicó mucho el parto. Nació con una asfixia grave pero pudieron reanimarlo”, cuenta Natalia, mamá del pequeño, en diálogo con LAPLATA1.com.
“Nosotros somos de Pergamino. En sus primeros días de vida tenía pocos movimientos, poca fuerza, y después empezó con una tos muy fea. Lo pude traer a casa, pero a los 15 días lo tuve que llevar de nuevo al hospital. Estaba muy tomado de los bronquios y quedó internado”, recuerda.
Ningún médico le daba un diagnóstico certero. Arriesgaron que era laringitis, también bronquiolitis e incluso le dan dicho que podía ser Síndrome de Down. Finalmente lograron un traslado al Hospital de Niños de La Plata. Aún hoy, Natalia no sabe quién fue la persona que “presionó” a las autoridades para ese traslado. Fue una decisión clave.
“El mejor momento fue en el Hospital de Niños. Es un lugar maravilloso. Fue en el 2013. La experiencia fue maravillosa. El personal se comportó muy bien; desde los enfermeros hasta el último médico”, dice hoy la mamá. Y el pequeño mejoró mucho de lo respiratorio.
Pero cuando parecía que todo se normalizaba, otra vez Ian empeoró. Ya estaba en Pergamino de nuevo. Terminó con una traqueotomía. Fueron momentos tensos.
Ian tiene parálisis cerebral infantil. “Fueron tres años de lucha, estuvo tres años internado en Pergamino. Su primer medico nos abandonó en la internación. Hoy en día ya está en casa. Empezó con todas sus terapias: terapista ocupacional, fonoaudióloga, kinesiología respiratoria”, explica Natalia.
Y también retomó la escuela de forma domiciliaria con “seres extraordinarios”, como define Natalia a sus maestras. “Él sigue con la misma sonrisa, no hay un día que Ian no sonría. Es medio vaguito a veces pero le encanta escuchar los cuentos”, completa entre risas.
