
Por estas horas, la fiscal Andrea Verónica Palín intenta resolver un espeluznante misterio que surgió a partir de la muerte de Luis Genignani, un vecino de 61 años, que fue hallado sin vida por la Policía en su casa ubicada sobre la calle Gavilán al 800, en la localidad bonaerense de La Tablada. Fueron los vecinos del hombre, que sufría alteraciones mentales, los que dieron aviso a las autoridades a causa de un olor nauseabundo que provenía de la vivienda.
Como el hedor en la manzana ya era insoportable, algunas personas dieron aviso al 911 y un patrullero no tardó en hacerse presente en el lugar. Al tocar la puerta y no recibir respuesta alguna, los uniformados forzaron la entrada de la casa para ingresar y descubrieron a Genignani tendido, ya sin vida, sobre su cama. Pero el del hombre no fue el único cuerpo que encontraron los efectivos en el domicilio, ya que hallaron también restos humanos en el fondo de la vivienda.
Al ingresar a la casa, los agentes se toparon con los gatos de la familia, que permanecían fieles a su amo debajo de la cama, y una cruz dibujada con pintura blanca sobre una de las paredes en el jardín de la vivienda. Junto al dibujo, los policías notaron que había tierra removida y advirtieron con horror que se trataba de una tumba. Debajo del montículo, los efectivos descubrieron restos humanos en avanzado estado de descomposición.
Si bien esperan por los resultados del trabajo forense para confirmar la identidad, los investigadores sospechan que podría tratarse de la madre de Genignani, una mujer que de acuerdo al testimonio de los vecinos se encontraba desaparecida desde hace unos 10 años. Por ahora, la principal hipótesis de la fiscal apunta a que el individuo enterró a su mamá en el jardín de su casa y ahora investigan cuáles fueron las causas que provocaron la muerte de la mujer.
Por otra parte, los restos de Genignani no presentaban a simple vista signos de violencia como para sospechar de un homicidio. El hombre estaba sobre la cama en una de las habitaciones de la casa en posición fetal y padecía del denominado Síndrome de Diógenes (un trastorno del comportamiento humano, en el que las personas acumulan basura y objetos en el interior de sus domicilios).