Corrían los años de la década del ’50 y en la ciudad de La Plata sucedía un caso tras otro que, hasta el momento, los investigadores del fenómeno ovni no pudieron descifrar. En especial, una zona muy particular del trazado urbano fue el epicentro de estos sucesos, que van desde avistamientos de platillos voladores, luces extrañas en la noche y hasta huellas circulares sobre el pasto.
Uno de los referentes de la Fundación Argentina de Ovnilogía (FAO), Luis Burgos, reveló que una de las principales hipótesis tiene como protagonista a las vías del tren.
La “Zona 72” comprende las calles a lo largo de diez cuadras, sobre avenida 72, entre 10 y 20, en la parte sur de la ciudad platense y que bordea uno de los cuatro lados que marca los límites del casco urbano con la periferia. En ese mismo lugar, desde el año 1945 las personas manifestaron ser testigos de casos que a simple vista no tienen una explicación razonable.
Gracias a todos estos reportes, este punto de la ciudad se convirtió en uno de los más importantes del país en esta materia. Es decir, La Plata cuenta con una zona en la que más ovnis y huellas circulares se han registrado a lo largo del tiempo, comparándolo con otros puntos del país.
Otros puntos donde se repiten estos tipos de acontecimientos son: Capilla del Monte, Córdoba; Cachi, Salta; Bariloche, Río Negro y Victoria, Entre Ríos. La zona 72 forma parte de este listado.
En la década del ’90 este misterio comenzó a aumentar cuando, además de los avistajes en el cielo, se comenzaban a ver tenebrosas marcas circulares sobre el pasto, directamente asociadas al fenómeno de aterrizaje. De la misma manera que, periódicamente, aparecen enormes huellas que dejan la vegetación quemada en campos de distintos pueblos de la provincia, en Avenida 72 hay registros históricos de estos sucesos, que pueden estar ligados a los descensos de naves del espacio exterior.
El largo de la Zona 72 es de tan solo 1 kilómetros de largo por unos 100 metro de ancho. Esto para Burgos en algo impresionante, ya que es una porción muy pequeña de terreno para tantos casos de este estilo. Esta parte de la ciudad fue cambiando con el paso del tiempo: antes circulaba el ferrocarril y había malezas que cubrían gran parte de la geografía; ahora los alrededores se poblaron y el gran caudal de gente se concentra en la esquina de 17, con un sinfín de actividades culturales. Lo que si no cambio fueron los fenómenos que año tras año se registran en esa zona.
El conserje del Club Español local, contó que un día entre las 14 y las 14.30, había un grupo de quince jóvenes que se encontraban jugando al básquet en 10 y 72, cuando observaron un extrañísimo objeto color blanco, como hielo, similar a una ensaladera y muy reducido de tamaño. Luego de algunos minutos, algunos se acercaron y el diminuto artefacto, al que hoy se lo llamaría sonda, levantó vuelo alejándose a gran velocidad hacia el oeste”.
Uno de los últimos casos que se registraron fue cuando apareció una huella de unos tres metros de diámetro y con el pasto totalmente deshidratado, a la inversa de como son generalmente de color verde.
Desde la FAO buscan una explicación y la única que encuentran son las vías de tren ya que es lo único que se mantuvo en el tiempo sobre la rambla de 72. La zona fue cambiando pero las vías siempre estuvieron.