En el acto del viernes por los 100 años de YPF, Cristina Kirchner hizo foco principal en el nivel de endeudamiento de Argentina. Aseguró que desde 1983, ese había sido el máximo condicionante estructural para todos los gobiernos.
Y aprovechó también para recordar una difundida pieza de Nicolás Dujovne, ex Ministro de Economía de la gestión de Macri. ¿Qué decía Dujovne en junio del 2016? “Dentro de todo este conjunto de problemas que dejó la administración anterior (la del Frente para la Victoria) también nos dejó una bendición. El gobierno anterior era tan estrafalario, tan poco comprensible, tan poco homologable para el resto del mundo, que nadie le prestaba plata”, apuntaba el economista.
También hablaba del bajo nivel de endeudamiento de las empresas y las familias. El video fue tomado por los simpatizantes del Frente para la Victoria como un elogio implícito hacia su gestión. Cristina compartió esa mirada e infló el pecho por la baja deuda dejada en diciembre del 2015.
Esto abre un largo y complejo debate. En principio, lo que dice Dujovne y recoge Cristina es cierto: el nivel de endeudamiento en dólares era bajísimo, casi inexistente. Pero Dujovne no lo toma como un rasgo positivo, sino como la consecuencia de que nadie le quería prestar plata al Gobierno por entonces comandado por Cristina Kirchner.
En efecto, tras la colocación del cepo y una economía con fuertes desequilibrios macroeconómicos, la tasa a la que nos prestaban se había vuelto totalmente inaccesible. Por supuesto, el largo prontuario argentino con la deuda no ayudaba en nada. No era solo responsabilidad de la gestión 2011-2015. Había mucha agua debajo del puente y “errores” de distintos colores políticos.
“Es un nivel de deuda bajísimo, de los más bajos del mundo. No conozco ningún país que tenga niveles tan bajos. Tal vez algún país del África subsahariana o Corea del Norte", chicaneaba Dujovne en aquel 2016, meses antes de que le tocara asumir en reemplazo de Prat Gay.
Otro contrapunto: Dujovne atribuye el bajo endeudamiento de las familias a la carencia de crédito hipótecario durante el gobierno del Frente para la Victoria. Cristina Kirchner, en cambio, señala que ese bajo endeudamiento reflejaba el crecimiento salarial de las familias, por lo que no tenían necesidad de tomar préstamos.
Hay otra perlita que pocos escucharon de aquella ponencia de Dujovne: el economista habla de que el Gobierno de Macri debe aprovechar ese bajo endeudamiento heredado para salir al mercado y cubrir el déficit fiscal. Pero aclara, casi al pasar: “El endeudamiento debe ser utilizado en dosis adecuadas, sin abusar”. Quizás esta sea la definición más interesante para debatir, sobre todo teniendo en cuenta la explosión del 2018 cuando todo saltó por los aires. Tomar deuda en sí mismo no es algo bueno o malo. Hay experiencias de países con baja deuda que funcionan adecuadamente y lo mismo ocurre con países de alto nivel de apalancamiento. La pregunta es, en todo caso, ¿cuáles son las dosis de endeudamiento adecuadas en un país con el historial de Argentina?
Juntos por el Cambio se ha enredado conceptualmente con este tema. Dujovne decía que el nivel de deuda hasta el 2015 era bajo y no mentía. Pero recientemente, algunas espadas del macrismo argumentaban que toda la deuda contraida por Macri era para pagar deuda vieja dejada por el kirchnerismo. No cierra.
Más perlitas sobre este tema: ¿ese bajo nivel de endeudamiento del 2003 al 2015 fue virtuoso? En sus clases de la materia Moneda, Crédito y Bancos de la UNLP, Fernando Morra (número 2 de Guzmán) criticaba las “bondades” de esa meta. Según su explicación, no se podía festejar que bajaba la deuda en dólares cuando en paralelo se perdían miles de millones de dólares en el Banco Central. En otras palabras: caía la deuda pero con la consecuencia de un drenaje peligroso de reservas. Guzmán también apoyaba esta moción: un desendeudamiento no se festeja cuando perdés reservas sistemáticamente.
Un tema espinoso y que, como tantos otros, no logra consenso interno en las dos principales fuerzas políticas.
