Las "nuevas sexuallidades" resuenan en la sociedad, y cada vez son más las personas que se animan a "vivir sin etiquetas" en un mundo donde el amor libre parece tomar protagonismo en la vida de quienes prefieren llevar adelante relaciones sexo afectivas.
Camila es una joven de La Plata que está dentro de este grupo, que comenzó a vivir su sexualidad de manera libre desde hace algunos años, y compartió con LAPLATA1.com su propia experiencia en cuanto a cómo lleva hoy en día sus vínculos.
"No me gustan mucho las etiquetas, pero es la que más me identifica", comenzó comentando, consultada por el término "pansexual", que refiere al gusto de cualquier persona, independientemente de la genitalidad o el sexo.
"De más chica era todo muy heteronormativo y binario. Era muy frecuente que me preguntaran '¿y el novio?', pero yo sabía que el amor y la atracción estaba dado por otras cosas. Siento que somos almas que andamos por ahí y necesitamos encontrarnos más allá de nuestra genitalidad", explicó.
Camila asegura que para "darse cuenta" se requiere de "una apertura mental", y comentó cómo se autodescubrió: "Cuando tenía 15 años empecé cortándome el pelo. Hacer eso para mí fue romper las reglas y quise que se fijaran cómo era yo. Pensaba en que si alguien se fijaba en mí, debía ser en cómo soy realmente".
En ese momento estaba de novia, pero con un varón cis: "Después fue todo un descubrimiento. Cuando entré a periodismo, antes de entrar a Medicina, empecé con ese camino. Ahí comencé a preguntarme por qué no podría gustarme una persona más allá de sus genitales, y me empezó a gustar una chica que pasaba por lo mismo".
Pero todo cambió cuando conoció a una amiga, y quien hoy es su pareja: "Ella era hetero, muy 'correcta', y fue un desafío porque yo no sabía si le iba a gustar, pero existió una conexión y se dio entre nosotras".
Luego llegó el momento de contarlo: "Cuando le comenté a mi mamá, se empezó a preguntar por los hijos, aunque ahora lo pudo cambiar y en mi familia a mi novia la aman".
En cuanto al sistema de salud, encuentra fallas: "Nos dijeron que no se hacen PAP en parejas de mujeres, y es mentira porque sí se pueden contagiar cosas. No es necesario ser una pareja heterosexual para contagiarse ETS".
Tanto ella como su novia, Verónica, tratan de "meterse en el tema" ya que se sienten interpeladas por muchas problemáticas que se plantean: "Una siendo de la comunidad, hay muchas cosas que no se da cuenta. Pero es muy importante vivir la sexualidad como uno quiere. Muchas veces de la incomodidad, nace el interés del otro", cerró.