Joaquín es Geólogo recibido en la UNLP. Un promedio final que es la envidia de muchos: 9.39. Una locura.
Pero no todo fue fácil para este joven: a pesar de su fenomenal marca en la carrera, pasó largos meses desempleado.
En diálogo con LAPLATA1.com, Joaquín cuenta su historia: “Nací en Henderson, un pueblo cerca de Pehuajó, y siempre me fue bien en la escuela. Fui abanderado y tenía facilidades para el estudio, pero siempre ayudé a mis compañeros explicándole. De esa manera también reforzaba todos los conceptos. Tenía claras las cosas de tanto explicar”, recuerda.
Inclusive, en una oportunidad, se paró casi como profesor, al frente del aula, y evacuó las dudas de sus compañeros en la materia Lógica. Estaba en la Secundaria y ya asomaba su costado docente.
¿Pero cómo fue su conexión con la Geología y La Plata? “Fue muy loco. Tenía 15 años y fui de vacaciones de invierno con mi familia a La Plata. Recorrimos el museo, y había chicos que explicaban qué era la Geología. Hablaban de cómo sacaban petróleo, las capas de la tierra… Quedé fascinado. Desde ese entonces lo supe. Nunca tuve dudas”, explica.
“¿Vas a buscar Dinosaurios?”, le decían sus amigos. Nadie sabía muy bien qué era la Geología. “Muchos desconocen lo que hacemos”, señala Joaquín.
“Fue un salto, me vine solo. Fue emanciparme, pero tuve la suerte de que mi familia me respaldó económicamente”, apunta el joven sobre su desembarco en la ciudad.
Pero aclara que “la adaptación fue muy buena. Ansiaba mucho hacer vida de ciudad. Siempre me dio curiosidad. Lo tomé como un desafío. Siempre le miré el lado positivo”. La mayoría de sus amigos del pueblo no vino a La Plata. Al principio, por lo tanto, no estaba tan acompañado. Luego, por supuesto, fue sumando nuevos amigos de la carrera.
Amigos del pueblo, la gran mayoría no vino a La Plata. Al principio no estuve tan acompañado.
¿Las claves para llegar a ese terrible promedio? “Fui un privilegiado. No tuve que trabajar, y eso me facilitaba más tiempo para el estudio. También formé un grupo de amigos muy bueno y nos movíamos académicamente en bloque, nos ayudábamos mutualmente, y nos juntábamos a estudiar”, señala.
“Los últimos dos años cursás 40 horas semanales. Vivía en la Facultad y convivís con tus compañeros. Llevarte bien y hacer todo en conjunto facilita mucho las cosas”, agrega sobre sus “secretos”.
“La Geología es hermosa. Es la ciencia que estudia el planeta Tierra. Te da muchas herramientas. Es fascinante. Todo el proceso vale la pena”, le dice Joaquín a los chicos que están dudando.
Pero no todo fue sencillo luego de terminar en el 2019 la carrera de grado. A pesar de ese 9.39, no consiguió un empleo rápidamente. Trabajó de mozo y luego, con la pandemia, se volvió a su pueblo. Allí fue encargado de un bar.
Mientras trabajaba en ese comercio, arrancó una especialización en Exploraciones y Desarrollo de Hidrocarburos. De ahí todo fue para arriba: hoy es docente en la Facultad de Ciencias Naturales, investigador del CONICET y avanza en un Doctorado. Todo gracias a ese viaje familiar cuando tenía 15 años.
