Corrían los finales de los años ’70 y comenzaban los años ’80, las fabricas de bicicleta decidieron ir a todo o nada, y comenzaron a colocar prototipos nunca visto antes, que se alejaban de los modelos normales, y se acercaban más a los que es un modelo de moto. Las primeras se vieron gracias a un bicletero del barrio La Loma, quien se animó a salir de lo común y comenzó a crear las “bicis raras”.
Y es así que de un día para el otro, apareció la “Toyama”, una bicicleta con cambios de velocidades; la “Musetta”, que tenía una butaca larga y varios colores. De esta manera el mercado de las bicis fue avanzando. 
Obviamente, los chicos de la época se sorprendían al ver estos modelos en la calle, pero había un problema, el costo de las mismas duplicaba y en algunos casos triplicaba el valor de una bici playera.
LAPLATA1.com se comunicó con un vecino de la ciudad de La Loma que tuvo la oportunidad de ver este auge de modelos nuevos, “se acercaba navidad y estábamos ilusionados con que Papá Noel llegaría con una Toyama o una Mussetta, o alguna Cross, algo que saliera de lo común”.
“Todos esperábamos con ansias ese momento, el plan era esperar al 26 de diciembre para pedalear con las revolucionarias bicis hasta Plaza Belgrano, luego por diagonal 77 hasta Plaza Italia y seguir hacia el Bosque”, relataba emocionado el vecino.
También recuerda quien fue el primero de sus amigos en conseguir uno de estos modelos. Fue José Luis, quien obtuvo una Toyama impecable. Luego le tocó a los demás, "de a poco íbamos teniendo todos una", finalizó el recuerdo.
