Una insólita historia se conoció en las últimas horas. Tiene como protagonista a un platense que inventó una compleja trama para “esconder” a su novia. Las mentiras se fueron acumulando al igual que los malos entendidos.
Martín Berteri es el nombre en cuestión. SM Casamientos difundió la historia completa. Todo quedó sellado con el casamiento.
Martin vivía con sus padres en La Plata. Todos los días se tomaba el tren para ir a trabajar, pero no siempre regresaba. Por ejemplo, cuando el servicio no funcionaba, se quedaba en la casa de su amigo Pablito. Pablito es un personaje muy importante en esta historia.
Para ese momento, Martín y Giuliana se estaban conociendo. Giuli tenía planificado un viaje a Uruguay por trabajo y Martin se iba a quedar en la casa de ella ese tiempo cuidando a las gatas, pero les dijo a los padres que se iba a quedar en la casa de Pablito mientras él estaba de viaje.
Allí empezaría una sucesión de mentiras. El viaje se canceló y la parejita decidió seguir probando la convivencia. Martin estaba más tiempo con Giuli que en su propia casa.
Lo que sucedió después fue extraordinario. Martin no cambió su discurso con sus padres y ellos creían que estaba viviendo en la casa de Pablito.
Llegó la pandemia y Martin ya no podía volverse a su casa: se quedó en la casa de Giuli con las 5 prendas que tenía.
El primero de marzo, que era el día del cumple de Martin, él salió a comer con sus padres y no la llevó a Giuli.
Los padres creían que su hijo era homosexual y que estaba saliendo con Pablito. Esa noche, el papá de Martín le dijo a su hijo: “Te apoyo en todo y no me importa cuál es tu elección sexual, solo quiero que seas feliz”.
Tiempo después, los padres de Martin fueron a llevar unos bolsos con sus cosas al departamento y cuando llegaron él no los dejó subir: no quería que se enteraran de que Giuli era Pablito.
Después de varios meses de incógnita, la mamá de Martin tomó coraje y le pidió que le dijera la verdad. Notaba que algo raro estaba pasando. Finalmente Martín se vio obligado a contar toda la verdad. Fue un extraño desahogo.
Desde ese día Giuli dejó de ser Pablito para ser la verdadera Giuli.
