"Salí llorando de la Facu" y "Me imaginaba vomitándole...": Micaela, la platense que emocionó a todos con su recibida

Sociedad 02/08/2022 . Hora: 13:08
”Salí llorando de la Facu” y ”Me imaginaba vomitándole...”: Micaela, la platense que emocionó a todos con su recibida
Francisco Angulo
Por Francisco Angulo
Periodista.

Micaela emocionó a todos con su relato de la recibida en la UNLP. Lo publicó en sus redes sociales. Fueron casi 8 años de mucho estudio.

“Siento que ayer fue mi primera clase del ingreso, Historia de la Medicina con Storino. Llegué ‘a horario’ y había una cola que atravesaba todas las escaleras hasta afuera de la sede de calle 7. Cuando entré me senté al fondo de todo, estaba tan atrás que hasta la segunda pantalla que estaba a la mitad del aula se veía lejos… la clase: chino básico. Ahí aprendí que para sentarme en un buen lugar tenía que llegar temprano, y que para entender algo había que leer ANTES de la clase”, recuerda Micaela.

STMLP

“Después, mi primer parcial: Anato. Justo habían decretado el nuevo feriado de Güemes y nos tomaron una semana después. Los días anteriores había sido una masacre, de comisiones de 80 aprobaban 5… tenía tantos nervios que la noche anterior no me podía dormir de las náuseas, ya me imaginaba vomitándole los zapatos a Luisi en el medio del anfiteatro”, siguió en su relato.

Pero increíblemente Micaela se sacó un 9 en ese examen. Evidentemente pintaba bien.

MOSQUITO MLP

“Salí de la facu y me puse a llorar como si me hubiesen dado el título. Nunca en la vida le había tenido tanto miedo a un parcial, y de ahí me fui a ver ‘buscando a Dori’ que la habían estrenado hacía como un mes. Tenía una alegría que me brotaba por los poros”, contó.

HIPICO RODA

Su primer final fue igual de traumático en la previa: “Fue el 14 de noviembre del 2016; estaba tan nerviosa que se me cayó el frontal al piso, encima estaba divino. Ahí pensé ‘chau, acá me bochan’ y Patricia (profesora) me dice ‘no pasa nada, tranqui. Toma, de recuerdo de tu primer final’ y me guardó la apófisis crista galli en el bolsillo del guardapolvo. Todavía la tengo guardada en una cajita”.

“Otro trauma el final de infecto con Ayala. Lo había empezado a preparar en octubre para noviembre. 15 días antes de la mesa, en la fecha de octubre, desaprobaron casi todos los que se presentaron incluyendo gente que yo considero bochos. Me agarró una ansiedad que lloraba de los nervios cuando abría el resumen. En mi cabeza iba a desaprobar las 3 veces, recursar y no me iba a recibir más porque no iba a poder con infecto. Lo terminé preparando otra vez en febrero con Florcha, mi fiel amiga y compañera de estudio, y rindiendo con la mismísima Ayala en marzo, y puedo darme el lujo de decir que aprobé infecto con Ayala”, agregó.

Y completó en su relato: “Siento que fue ayer que era una ingresante perdida en el ingreso, con el bolsito blanco que me había regalado mi abuela para mi cumpleaños, pero pasaron tantas cosas en el medio, tantas veces sentí que no podía, pero llegué, después de tanto, LLEGUÉ”.

Micaela también dialogó con LAPLATA1.com: “En un principio elegí Medicina por la diversidad de opciones: podés hacer investigación, atención de pacientes, cirugía que es más práctica, genética que es más de investigación. Hoy, después de 7 años aproximadamente, la elijo porque no me veo haciendo otra cosa que no sea estar en el hospital con los pacientes”.

¿Recomendaciones para un posible ingresante? “A un chico que está pensando en anotarse le diría que la carrera es muy larga y exigente. Son 6-7 años de carrera + mínimo 4 de especialización; es larguísima, pero hermosa si es lo que les gusta. Les diría que estudien para ellos, para saber, no para pasar un examen, porque el día de mañana van a estar solos con el paciente, y el paciente nos confía su salud. No se puede saber todo, y nos vamos a encontrar con pacientes que no vamos a poder ayudar, o no vamos a poder actuar a tiempo, pero lo que sí podemos hacer es estudiar y tratar de formarnos de la mejor manera posible”.

E insiste: “La idea no es estudiar para aprobar los exámenes y tener un título; la idea es estudiar para adquirir el conocimiento que necesitamos para tratar a nuestros pacientes. El título llega con el estudio y con el conocimiento, pero no es el objetivo, un título sin conocimiento es solamente un papel”.

“En retrospectiva cursar durante la pandemia fue un cable a tierra; te daba una razón para levantarte y ser productivo. A mi salud mental por lo menos le sirvió. Y otra ‘ventaja’ que nos dejó la pandemia es que las cátedras subieron todas las clases en video, y se terminó de digitalizar mucho del material de la carrera, entonces a la hora de preparar un final sirve muchísimo”, comenta sobre la experiencia de la virtualidad.

Pero aclara: “Obviamente también había desventajas. La falta de contacto con los pacientes, la falta de práctica que en medicina es súper importante. Para los ingresantes fue muy duro porque no tuvieron la oportunidad de conocer bien a sus compañeros y armar grupos de estudio; en el caso de mi promoción nos perdimos la organización de las dr fest y la quinta, que parece una tontería pero la fiesta de egresados es ‘el cierre’ de tantos años de carrera, y podemos seguir todo el día, pero bueno, prefiero verle el vaso medio lleno”.

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