La correción fiscal llevada a cabo por Sergio Massa descalibró el discurso de la oposición. Hasta hace muy poco, Juntos por el Cambio denunciaba abstractamente al oficialismo de tener un alto déficit fiscal y financiarlo con emisión. No sé metía mucho en cómo bajar ese déficit pero lo enunciaba.
Ahora que Massa encara una correción fiscal en diferentes áreas, la oposición patalea y acusa insólitamente al Gobierno de llevar a cabo un “ajuste” y “tarifazo”. En la Legislatura Bonaerense se vieron escenas muy extrañas sobre este punto. Maximiliano Abad, principal espada de la UCR, dijo que la orientación del Gobierno era “neoliberal” y hasta presentaron un proyecto de “repudio” por los recortes presupuestarios.
Pocas horas después Mauricio Macri, en un gesto de sinceridad, desmontó aquel aparato discursivo: “Hay que hacer un recorte mucho más profundo del que está haciendo (Sergio) Massa”. Lo dijo sin titubeos en una entrevista con Cadena 3, donde llamó también a “terminar con el déficit fiscal” desde el día 1.
Macri visibilizó lo que los equipos técnicos de Juntos por el Cambio vienen estudiando. No hay margen, según ellos, para una corrección fiscal “gradual”.
“Posiblemente haya que estar cerca del equilibrio fiscal en 2024. Implica un ajuste, una consolidación, una reparación de las cuentas públicas de 3 a 4 puntos del PBI que no se ha dado nunca en la historia reciente”, había dicho hace dos meses Eduardo Levy Yeyati, integrante destacado de la Fundación Poder, el think thank de la UCR bonaerense. De allí que parezca hipócrita y forzada la crítica por el “ajuste” de Massa.
Para Juntos por el Cambio, la profundización de las políticas de ajuste de Massa implica escenarios muy desafiantes. Si el ajuste de Massa sale bien (poco costo político y social), el Frente de Todos capitalizará los resultados. Pero si el ajuste sale mal (freno de la actividad económica pero sin baja de la inflación), el sector más “camporista” de la coalición podría desentenderse de esas políticas e impulsar una candidatura presidencial propia con un sesgo más izquierdista y redistributivo, atribuyendo el fracaso económico a concepciones fiscales que también comparte la oposición. En palabras más simples: podrán decir que el potenciar fracaso de Massa es por seguir las políticas de ajuste del macrismo.
Este paisaje nos remonta al 2014. En aquel momento, el Frente para la Victoria inició un camino de cierta correción fiscal que incluyó un aumento tarifario en el gas y una devaluación del 40% en el tipo de cambio oficial. También el Banco Central subió fuertemente la tasa de interés. Eran medidas antipáticas en el corto plazo pero racionales para evitar males mayores a futuro. En ese momento, la oposición también salió a criticar fuertemente ese giro más “ortodoxo” cuando paradojicamente era lo que ellos venían pregonando en las sombras: consolidación fiscal, tipo de cambio más alto, actualización tarifaria, etc.
Quizás por la irrupción de los libertarios o cierto agotamiento de la sociedad ante 15 años de inflación de dos digitos y creciente, ahora la idea de “ajustar” el gasto público tiene mejor acogida en la opinión pública. Al menos Macri lo dice sin pelos en la lengua. Pero muchos dirigentes del PRO y de la UCR vacilan y esconden. Como se vio esta semana en la Legislatura Bonaerense. Y la gente no come vidrio.
