Lorena es platense y ahora crece “paso a paso” tras vivir tres desgracias terribles que la llevaron a dejar por algunos años nuestra ciudad. Una historia de lucha y resiliencia.
Hace pastas junto a sus dos hijos. Su padre la guía desde el cielo. Era un gran cocinero.
“Es un sueño que tenía desde hace mucho con mi viejo. Él se murió antes de que pudiéramos comprar las cosas. Había quedado postergado. El verano pasado hice temporada en la Costa y con esa platita me compré una amasadora y otras cositas para empezar a trabajar”, cuenta en diálogo con LAPLATA1.com. Hace tres meses largó con su proyecto.
En realidad no era la primera vez que había estado en la Costa. Allí vivió cuatro años.
“Al padre de mis hijas lo mataron en un hecho de inseguridad hace 10 años en la puerta de mi casa. Es una historia triste y larga que ya superé. Después falleció mi papá y luego mataron a mi hermano en otro hecho de inseguridad. Cuando pasó ésto de mi hermano, colapsé y me fui a vivir a la Costa”, recuerda.
“Él me iba a enseñar las recetas y el oficio. Con ese oficio nos dio de comer a mí y a mis 6 hermanos. Todo gracias a la gastronomía”, agrega Lorena.
Sus hijos colaboran. Tienen 10 y 20 años, pero el alma es Lorena. Cocina y reparte. Todoterreno. El secreto está en sus manos.
“Ahora me estoy animando a hacer más cantidad, pero me falta un freezer. Hago todo yo. Trato de crecer pasito a pasito. Me gustaría que éste sea mi principal ingreso para solventar a la familia”, explica.
Y se entusiasma: “Estoy feliz y voy por más”.
