Silvia es platense y perseguía un sueño muy importante en octubre del 2017. Un sueño que ahora es una pesadilla.
Sacó un préstamo UVA de un millón de pesos para adquirir la vivienda de sus padres que habían fallecido. Le compraba la parte que era de sus hermanos. Con un fin muy noble: que su hija tuviera su casa propia. Está ubicada en Meridiano V.
Era un préstamo a 10 años. Ella estaba cerca de jubilarse. La cuota inicial mensual era de 11.500 pesos y en el contrato figuraba que la misma no podía superar el 25% de sus ingresos. Pero a mediados del 2018 todo comenzó a complicarse.
“Empezamos a notar que aumentaba muchísimo la cuota y sobre todo el capital en la medida en que avanzaba la inflación. Ahora estoy casi en la mitad del crédito. La última cuota que pagué fue de 83 mil pesos, y el capital que debo es de 6 millones de pesos”, cuenta a LAPLATA1.com. Se lleva el 60% de los ingresos mensuales de ella y de su hija sumados entre sí.
“Lo último que dejás de pagar es la casa. Nosotros no compramos la casa para hacer negocios, sino para vivir. Este sueño se convirtió en una pesadilla. Nos cambió la calidad de vida a todos. Tuvimos que achicar los gastos más comunes. No somos millonarios, sino de clase media. Es imposible que dejemos de pagar porque ésto está atado a la caja de ahorro del sueldo o la jubilación, entonces automáticamente el banco te descuenta la cuota. Solo entrás en mora cuando la cuota supera tu sueldo”, explica.
“Hubo casos de suicidios, enfermedades y separaciones por este problema”, agrega Silvia, que forma parte del colectivo de Hipotecados UVA de La Plata.
En ese marco, recalca varias veces que “fueron préstamos avalados por el Estado” y que buscan una solución de fondo. Hoy rige un congelamiento de las cuotas pero en realidad esa diferencia que hoy no están pagando se suma al final de la vida del crédito. Con lo cual, el crédito de Silvia es ahora de 12 años.
Este jueves a las 15 horas movilizarán frente al Congreso. Han sido escuchados en dos reuniones de la Comisión de Presupuesto pero nunca acudieron representantes de los bancos. Hoy los bancos acudirán a la reunión pero ellos no fueron invitados: “Si no nos escuchan adentro, que nos escuchen afuera”.
“No pedimos subsidios ni que el resto de los argentinos se hagan cargo de nuestra deudas, sino que haya cuotas justa y razonables, y una hipoteca sostenible en el tiempo. Queremos que los bancos no ganen tanto”, completa Silvia.
