La ciudad de Rosario amaneció nuevamente cubierta por el humo generado por las quemas de pastizales en las islas entrerrianas sobre el río Paraná. La contaminación llegó al punto que en las últimas horas se incrementaron las consultas médicas por afecciones respiratorias, y hasta Seguridad Vial lanzó advertencias por la poca visibilidad en calles y autopistas.
“No se puede más”, “hasta cuándo así”, “basta”, son las expresiones más comunes publicadas en las redes sociales junto a fotografías y videos que muestran una ciudad invisibilizada por una inmensa capa de humo.
Pero el problema es doble. Al humo se le sumó la presencia de bancos de niebla en la región, tal como lo había anunciado el Sistema Meteorológico Nacional (SMN).
En tanto, voceros de Seguridad Vial pidieron a los conductores mantener todos los cuidados en Circunvalación y los accesos a Rosario a fin de evitar accidentes, ya que la visibilidad se ve fuertemente reducida.
El problema no es a causa de la naturaleza. El origen del problema son los incendios intencionales y reiterados en la zona del Delta del Río Paraná. Quienes lo hacen utilizan esa metodología para acondicionar el suelo para distintas actividades agropecuarias o negocios inmobiliarios.
Según datos del Observatorio Ambiental, sólo en el Pueblo Esther se quemaron más de 300 mil hectáreas desde 2020.
Días atrás, diputados nacionales que integran la Comisión de Recursos Naturales sesionaron en el Concejo Deliberante de la ciudad de Rosario para tratar proyectos sobre el ambiente, acompañados de organizaciones del sector.