Ya falta muy poco para el inicio del Mundial de Qatar 2022 y Francia, vigente campeona, parte como una de las grandes favoritas. Pese a esta situación, en París -y también en buena parte de las principales ciudades galas- se tomó la decisión de no emitir los partidos a través de pantallas gigantes en zonas públicas, como modo de protesta por el calentamiento global y el maltrato a los trabajadores migrantes.
El teniente de alcalde de París encargado en deportes, Pierre Rabadan, declaró el martes que "existe el problema ambiental", señalado la irresponsabilidad con la que se manejó el tema del cambio climático en el país anfitrión del Mundial, haciendo hincapié -sobre todo- en los estadios con aire acondicionado y "las condiciones en las que se han construido esas instalaciones", con referencia a sus ya denunciadas violaciones de derechos humanos que se han hecho en las construcciones de las sedes.
Esta medida del gobierno parisino llamó especialmente la atención si se tiene en cuenta que el Paris Saint-Germain, club más relevante del país galo en la actualidad, es propiedad de Qatar Sports Investments y está fuertemente ligado a todo lo que ocurre en dicho país. "Tenemos relaciones muy constructivas con el club y su entorno, pero eso no nos impide decir cuando no estamos de acuerdo", explicó Rabadan.
Los activistas medioambientales franceses han mostrado su apoyo ante esta medida dado que ese tipo de emisiones en zonas públicas y con pantallas gigantes, utilizan una cantidad de energía que el país guardó a lo largo del año para utilizar en el invierno.
