Jorge y Paula se la jugaron por completo. Son platenses y decidieron pegar un giro de 180 grados hace pocas semanas.
“Yo soy cocinero, siempre trabajé en restaurantes, y nunca tenía tiempo para hacer nada por mi cuenta”, dice en diálogo con LAPLATA1.com Jorge. Su vida fue muy sacrificada.
Un par de veces trató de cambiar de rubro pero fracasó. Siempre trabajó para patrones, por poca paga, hasta que finalmente se lanzó solo. Y no tiene otro ingreso: dependen del nuevo emprendimiento. Una idea simple pero por ahora rendidora: empanadas.
Su familia no se mete demasiado. Un poco ayuda su hija de 16, pero trata que tampoco eso ocurra para no distraerla de la escuela. Él cocina y hacer los repartos. Todoterreno.
“Queremos darle tiempo y que funcione. Trabajé mucho tiempo con patrones, y en la cuarentena me fundí, estuve a punto de perder todo y vender el auto”, recuerda.
“Este emprendimiento significa mi futuro económico y de mis hijos. Quiero que estén bien, que podamos progresar. Ahora paso más tiempo con mi familia y mis hijos. La vida misma. Uno no se da cuenta de las cosas que tiene en casa, y se preocupa solo por la plata, por el trabajo, se hace todo rutinario, y eso es desgastante. Por eso trato de pasarla bien”, agrega.
La vida del cocinero no es fácil. Jorge dice que es rubro más sacrificado. “Y eso que trabajé en fábricas, en varios lados”, aclara.
“El trabajo cuando entrás a un restaurante es infinito. Trabajás como un remisero. Doce horas. Está muy mal pago. Te terminan atrapando. Es jodido, no he visto trabajos más complicados y eso que he trabajado en diferentes rubros”, señala este platense.
Y ahora, con mucho esfuerzo, busca recuperar el tiempo perdido: “Mi nena tiene 16, me la pasé trabajado y me perdí toda su infancia. Quiero recuperar también eso”.