Gonzalo Maidana es platense y afrontará una verdadera experiencia de vida en muy poquito tiempo: vivirá seis meses en los Emiratos Árabes Unidos.
Todo con un solo objetivo: llevar el Padbol, un deporte que Gonzalo empujó en La Plata y que lo llevó a competir por todo el mundo, siendo uno de los mejores del planeta.
En diálogo con LAPLATA1.com, Gonzalo confiesa que hay algo de “cagazo” por esta aventura a un lugar desconocido y diferente. De hecho, por distintos avatares de su vida, nunca vivió solo. Por eso su novia lo acompañará los primeros tres meses de trabajo para surfear la adaptación. Luego, en los restantes tres estará solo. Allí radica el mayor desafío.
El 27 de octubre será el momento clave. Falta menos de dos semanas. Cuando lo contactaron para ofrecerle este trabajo, Gonzalo lo pensó mucho. Tuvo que mejorar el inglés. Su temor es extrañar demasiado. Tiene una boca de escape: si la adaptación no marcha bien, puede avisar a sus jefes para regresar al país: debe hacerlo con un mes de anticipación.
Este platense conoció el deporte en el 2009. Logró llegar a Gustavo Miguens, su creador, y desde abajo comenzaron a practicarlo con otros jóvenes.
“A nosotros nos interesó por dos motivos: es similar al fútbol-tenis, una actividad que hacíamos en los entrenamientos, y la curiosidad de ser los primeros en practicar un deporte nuevo”, explica.
Tan pionero fue Gonzalo que disputó todos los torneos internacionales que se jugaron hasta el momento. El Sarmiento del Padball. Jugó en España, Uruguay y Brasil. Siempre, por supuesto, defendiendo la casaca albiceleste.
“Hace tres meses abrió un club de Padbol en Dubai, que tiene 7 canchas. El objetivo de ellos es expandirse a mediano y largo plazo. La idea es que haya Padball en todos los Emiratos. Para darle más seriedad, necesitaban a una persona que enseñara bien las reglas, sobre todo a los más chiquitos”, señala Gonzalo sobre la propuesta que recibió.
“Quieren ser una potencia. El año que viene hay un mundial. No sé si llegarán con el nivel, pero eso es a lo que apuntan”, destaca.
Gonzalo lo pensó con mucho detenimiento. No es fácil vivir del otro lado del mundo. Otro idioma y sobre todo otro clima: el calor no afloja nunca.
“Desde el primer momento siempre estuve agradecido y fue muy reconfortante que me tuvieran en cuenta. Analicé los pro y los contra pero acepté. Siempre tuve la idea de que este deporte sea olímpico, y poder trabajar de ésto sería muy bueno”, agrega.
No hay antecedentes de una persona que enseñe el Padball en otro país como trabajo exclusivo. En eso también Gonzalo sería pionero.
“Mi idea no es ir por lo económico, sino para sumar una experiencia nueva, conocer otra cultura”, completa este platense que ya empieza a armar las valijas.
