Indignados ante la falta de respuestas en cientos de llamados y denuncias que se realizan en noche en vela o jornadas de esfuerzo por recobrar la paz, frentistas de varias zonas de la ciudad decidieron crear un nuevo espacio para sus planteos.
La asamblea que se realizo anoche como punto de partida de ese hartazgo y demanda de soluciones ante el descontrol de la noche, eligió uno de los escenarios críticos , la esquina de 2 y 51, a metros de los hospitales y edificios de departamentos donde padecen los desfiles de motos y las juntadas de autos con parlantes a todo lo que da, toda la noche.
Una a una las quejas se fueron sumando e incliuyeron la actividad de los boliches y fiestas que, en casos, se realizarían en la Universidad. “Llamo a la policía y me dicen que ahí no pueden entrar y que están juntando dinero para un fin”, lamentó una vecina y agregó “hasta las cuatro o cinco de la mañana” en la Facultad de Odontología.
“Nosotros tenemos ensayos de un centro cultural desde las 6 o 7 de la tarde. Tenemos que vivir con ruido de fondo cuando a la gente se le canta”, dijo una vecina de la cuadra de 58 entre 5 y 6, que vive a metros de un boliche en el que se aplicaron clausuras en las ùltimas semanas. La mujer se preguntò sobre el criterio de las habilitaciones para comercios de la nocturnidad. Argumentos similaes habìa mencionado otra vecina de la zona de 44 y 11.
“Después de meses de años de buscar que alguien nos de una solución vemos que la ciudad está detonada. Son las motos, las confiterías que sacan parlantes a la vereda. No hay controles”, cerró una señora de la zona de Plaza Malvinas.
