Camila Vidal es platense y una verdadera joven prodigio. Pero no siempre el camino fue un lecho de rosas.
Terminó la carrera de Derecho en la UCALP con promedio de “9” pero increíblemente le costaba horrores conseguir trabajo.
“Siempre seguí estudiando y aprendiendo, capacitándome, con la esperanza de poder insertarme también en ámbitos como el Poder Judicial, donde rendí varias veces examen, logrando notas altas, pero al no tener un apoyo o un contacto dentro nunca pude ingresar”, cuenta a LAPLATA1.com.
“Me lancé a formar y enseñar a alumnos hace cuatro años, por vocación y porque realmente necesitaba trabajar y transmitir todo lo que había estudiado. Puntualmente pude hacer experiencia en escuelas, yendo y viniendo a City Bell porque en La Plata no conseguía horas”, agrega.
Llegó a mandar más de 50 CV. Tenía todos los pergaminos para estar frente a un aula pero los resultados no llegaban: muchas suplentes, bastante inestabilidad.
“La Facultad te da una base, pero muchas veces no tienen una noción de cómo se confecciona un escrito, o dónde se presentan, o cómo tienen que articular los pasos en la práctica para poder ejercer. Es un feedback constante; yo los ayudo a poder avanzar y recibirse, y a su vez, puedo trabajar de lo que me gusta”, dice Camila, que hoy da clases particulares a estudiantes de Derecho. Es una verdadera salvadora.
“La pandemia hizo que le tome cariño al Zoom. Me encontré dandole clases a alumnos de otras provincias y otros países. Todo un desafío. Tratando de buscar herramientas para que puedan comprender una materia o un tema por medio de una pantalla. Lo mismo con mis alumnos del Secundario”, sostiene esta joven todoterreno que hizo el Secundario en el Colegio Padre Dardi de City Bell.
Sobre su trabajo con los chicos y chicas, apunta: “Les enseño a hacer monografías y trabajos de investigación, mapas conceptuales, y les brindo herramientas que les puedan servir para la vida cotidiana”.
"La inserción laboral como Abogada puntualmente en La Plata y Buenos Aires es muy compleja por la cantidad de profesionales que hay en actividad. Empecé por una cuestión de necesidad, tenía que aplicar y poner en práctica todo lo que me había formado y estudiado, no solamente en la Universidad, sino también en el ámbito escolar, donde también finalicé mis estudios como Abanderada y uno de los mejores promedios de la Provincia”, recuerda con orgullo.
“Reinventarme fue parte de mi descubrimiento para llegar al trabajo autogestionado y poder dedicarme a lo que me gusta en base a mis valores y a mi forma de trabajo”, completa Camila, que hasta recibe lindos dibujos de sus alumnos.