Luz Días Moreno, vive en el barrio Gambier, de la ciudad de La Plata. Se dedica a leer el tarot estudiar astrología. También disfruta de hacer de hacer arte con la música, baila y tiene como proyecto hacer video clips el próximo año cuando comience a lanzar varios temas que ya tiene en carpeta. En su Instagram personal hace alusión a lo que estoy comentado pero, además una frase que me generó curiosidad y ganas de indagar mucho más: “Y soy bruja en @luz_themoon”. Red Social, que no solo utiliza para localizar posibles clientes, sino también que utiliza los famosos “memes”, para darle un aire divertido a su profesión.
“El tema del tarot empezó, como un juego. Siempre me llamó la atención. De chica estudie cosas relacionadas a esto, soterismo, astrología, cosas de brujas, jaja. Cuando era muy chiquita siempre tuve sueños, raros y premonitorios. A eso de los 23 años, me compre el mazo del tarot, ahí lo empecé a conocer, y a usar en juntadas con amigos”, comentó la platense que comenzó a enamorarse también del Rap en las calles.
Y continuó: “Un día un amigo me dijo que yo le había leído las cartas, y que le había pegado en lo que le había dicho. Entonces ahí me dice ´porque no empezas a cobrar esto que haces, te sale hacerlo muy natural´. En ese momento empezó a crecer todo esto. En realidad en ese momento trabajaba de kinesióloga, entonces empecé a tener de clientes a esas mismas pacientes que se interesaban en que les lea las cartas. Fue el principio de todo”.
Luz, recordó como fue bien que se fue dando su interés en ver más allá de lo carnal, lo físico: “Cuando era muy chiquita siempre tuve problemas para dormir porque veía sombras en mi casa, y en esa época yo no entendía que me pasada. Yo no le contaba a mi mamá, ni tampoco a la gente porque yo decía que me iban a tratar de loca. O por ahí hasta yo misma lo pensaba, y me decía que no era real eso. En aquel entonces, mi mamá me daba un librito del ángel de la guarda, entonces yo me acuerdo que me concentraba en rezarle al ángel para poder dormir. Y se me pasó eso, no vi más sombras, me daban mucho miedo porque no sabía que eran, más por algo que era desconocido para mí, no sabía interpretarlo”.
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“Cuando empiezo a estudiar astrología y empiezo a leer el tarot, vuelvo a empezar a sentir energías extrañas, densas. Yo las siento como, por ejemplo, cuando hace mucho calor, que se te baja la presión, como que sentís que algo está pesado. Eso empecé a sentir sobre todo cuando trabajaba en el Hospital San Martin, y en ciertas situaciones. Cuando estaba con personas que estaban cerca de la muerte, o estaban muy enfermas. Con el tiempo empecé a verlas en la calle, por ejemplo, hace tres meses, iba caminando y observo a mi lado que había como una sombra que iba pegada conmigo”.
También dio detalles de cómo siente esas figuras que parecieran tener por momentos formas humanas: “Yo las siento como entidades, no sé si buenas o malas. A veces si siento como algo medio pesado, como que pasó algo ahí. Por ejemplo, si paso por una casa y veo una sombra, digo seguro sucedió algo ahí, una muerte o algo raro. Ahora no me da miedo, pero antes si, porque me aparecían de sopetón. Con el tiempo fui entendiendo que son energías, que tienen que ver mucho con la historia del lugar en donde las encuentro. O son densas, o son energías más luminosas, más hermosas, como un ángel, o mariposas, plumas”.
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“Cuando siento que pueden ser malas, siento mucho calor, como cuando el día está muy pesado, o esos días más bien de humedad, como que sentís que tenes más de 70 kg encima. Y cuando veo algo más luminoso o siento algo más tierno, dulce o lindas, siento ternura, amor, como inocencia”, manifestó en detalle a como siente en el cuerpo cuando está ante lo que sería una presencia.
Con respecto a la consulta de si adquirió este sexto sentido desde pequeña, por las vivencias que paso o si solo es cuestión de estudiar la disciplina expresó: “Para esta práctica creo que no hace falta tener un don, pero si tiene que haber una clara inclinación a que te guste esto. Al principio yo empecé a estudiar más por curiosa, sobre todo más de adolescente, cuando era chica si, sentía que veía cosas que no veían otras personas. Siento que por un lado, si hay un tema, de que todo el mundo lo puede desarrollar si tiene el interés, y otra partecita que si puede venir de un don que te ayuda, es mejor”.
Además también confirmó: “Pero no siempre es así, porque hay un montón de familias donde son todos brujos y por ahí el hijo, se dedica a ser carpintero, por decirte algo. Capaz que está el don, está el talento, pero también hay que ayudarlo con un poco de estudio, o de apertura o de trabajo o simplemente entrenar el ojo. Porque a mí me pasa que desde que empecé a leer las cartas hasta ahora, no es por decirlo yo, pero me lo dicen los clientes, que cada vez le pedo más y yo digo, claro debe ser que es porque vengo entrenando el ojo desde la intuición o desde la clarividencia”.
Entre las miles y diversas anécdotas que tuvo Luz realizando esta práctica comentó una que vale la pena conocer: “Me paso una secuencia con una clienta que era mi paciente hace mucho tiempo. Yo cuando visité Brasil empecé a conocer toda la cultura brasileña. Los brasileros tienen dioses africanos. En ese momento había conocido a la diosa “Yemayá” es como una diosa del mar. Ahí empecé a conocerla como entidad y como santa, acá seria como un virgen. Luego de eso me encuentro con esta paciente, y a la segunda sesión me mira y me dice de la nada, `vos sos hija de Yemayá, y tenes que pedirle porque ella te va a escuchar, así que pedile cosas y no tengas miedo que ella te protege`. Imagínate mi cara de sorprendida. Yo a todo esto no le había contado nada de mi viaje a Brasil, y que había conocido el templo”.
Pero no todo es color de rosa y es difícil la práctica del tarot y la astrología y así Luz lo expresa: “Lo que más padezco son los estigmas sociales que hay, sobre todo esto que la gente piensa que por algo que está muy sistematizado a veces, que vos lo vas hacer gratis. No se valora como trabajo”.
“Hay mucha gente muy dependiente. Me pasa que muchos buscan en mí la salvación, y es como demasiado. Yo siempre trato y marco, que no soy ninguna salvadora, no hay cosas que se arreglen de un día para el otro. Si hay una cuestión mágica y milagrosa, que tiene que nacer de uno, pero apunto a que no se tiene que estar buscando siempre la salvación afuera. Eso realmente lo padezco, hay personas que no me dejaban en paz y que tuve que bloquear, pero por suerte eso ya no está pasando”, cerró.
