Noelia Vanessa Severo tiene 26 años, y llegó a la ciudad de La Plata desde Uruguay. Actualmente trabaja en un local gastronómico conocido de la ciudad como ayudante de cocina y producción. A su vez está por entrar a la carrera de Contabilidad en la Facultad de Económicas.
Pero no vengo solo a contarles su historia como otras más. Sino a modo de crear conciencia a la hora de dar empleos y oportunidades a los más jóvenes porque “Noe es una persona sorda ¿Y eso qué tiene que ver?”.
Como cualquier joven que llega a la ciudad buscaba trabajo y así fue como conoció a Rocio, alías “roro”: “Ella me llamó para tener una entrevista y al día siguiente nos conocimos. Cuando llegue yo estaba muy nerviosa y ella también, hablaba muy rápido, pero enseguida se adaptó”.
“Pude leerle los labios, me explicó todo el trabajo y así fue que al otro día me tomo una prueba y nunca más me fui. Me generó comodidad y confianza nos hicimos amigas hasta el día de hoy y para siempre”.
Aunque el modo de comunicarse sea diferente y se puedan comprender entre sí, recuerda algunos momentos divertidos: “Dentro del local mientras trabajamos a ro le enseñe lengua de señas. Aunque a veces se confunde. Por ejemplo, una vez me quiso decir si me gustaba el vino e hizo la seña de pene, ja, ja. También a veces se da la situación de que resolvemos las cosas con un piedra papel o tijera”.
Pero en un mundo que todavía no acepta las diferencias comentó también una situación que le tocó vivir, en la búsqueda de empleo: “La primera vez que actuaron así conmigo fue con una persona que se pensó que ser sorda me imposibilitaba de hacer otras cosas. Le había mencionado por mensaje que era sorda y su respuesta fue `si no te podes comunicar no poder trabajar`. Todavía tienen a las capacidades diferentes como un Taboo”.
Además quiso enfatizar que el término “sordomudo” no está siendo bien utilizado: “Hace poco se presentó una ley de reglas y el término sordomudo ya no se usa, porque las personas que somos sordas podemos hablar palabras o emitir sonidos entonces eso no es mudo. Pero entiendo que la sociedad todavía tiene que aprender, y es poco a poco”.
Por último remarcó que “estaría bueno que la lengua de señas se empiece a enseñar en escuelas o lugares públicos, eso sería incluirnos. Y para quienes todavía dudan de sus capacidades les digo que sigan confiando y buscando que siempre te encontras con personas como “roro” que son buenas que no le tienen miedo a dar oportunidades”, cerró.
