Un hombre y dos mujeres fueron detenidos como acusados de traficar y comercializar drogas y de explotar sexualmente a mujeres trans en La Plata, en el marco de la causa que investiga la desaparición y el femicidio de Johana Ramallo.
Con estas personas ya son nueve los detenidos a disposición del juez Alejo Ramos Padilla, titular del Juzgado Federal 1 de La Plata, quien resolverá la situación procesal de los sospechosos en los próximos días.
Personal del Departamento Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina, desarrolló distintos operativos que estaban vinculados a la desaparición y femicidio de la joven Ramallo. En ese marco, los detenidos fueron acusados de integrar una organización criminal dedicada a la trata y explotación de mujeres en la “zona roja” de La Plata.
La causa se encuentra a cargo del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 1 de la Ciudad de La Plata y detectives federales realizaron de forma encubierta, vigilancias y seguimientos con el objetivo de dar con los acusados. De ese modo, lograron ubicarlos en las localidades de Berisso, La Plata, Santa Clara del Mar y en Oberá, Misiones.
Con los datos obtenidos, el Juzgado ordenó cuatro allanamientos en los domicilios donde lograron detener a los acusados, ya identificados. Además de apresarlos, los policías les secuestraron los celulares que serán analizados.
Luego de ser llevados a la sede del juzgado donde se les recibió Declaración Indagatoria por los delitos imputados, los tres detenidos fueron alojados en Alcaidías a la espera de su remisión a una Unidad Carcelaria.
Al momento de su detención, Rodríguez no estaba sospechado de ser el autor material del crimen, sino de ser el proxeneta y explotador de la joven de 23 años en la zona roja de La Plata. De hecho, el expediente indica que promocionaba a Johana en su propio perfil de Facebook para prostituirla. Subía fotos de ella y la ofertaba en la red social.
En cuanto a las mujeres detenidas, se informó que están acusadas de usufructuar el trabajo sexual de otras mujeres recibiendo dinero por administrar las “paradas” en las esquinas. De hecho, sobre una de ellas pesa una acusación más grave, dado que se le atribuyó vender estupefacientes y explotar el trabajo sexual de sus propias hijas menores de edad.
