Jonathan tiene 32 años y revoluciona estas Fiestas en La Plata, Berisso y Ensenada.
Trajo el tradicional pernil norteamericano para disfrutarlo el 24 y 31. Todo surgió gracias a la idea de un amigo. Lo copió y ahora cuenta su vida y proyecto a LAPLATA1.com.
“Copié el emprendimiento de un amigo. Yo en ese momento vendía panes, y el hacías patas de cerdo. Empecé a investigar cómo era el tema, y él de a poco me fue explicando cómo era el proceso de elaboración”, recuerda. Todo se remonta a cinco años atrás.
“La verdad es que no era muy difícil. Al principio vendía muy poquito los fines de semana, y de a poco fui creciendo. En la Navidad era impresionante lo que pedían y no estábamos tan cancheros para responder a esa demanda”, sigue contando Jonathan.
Ya tiene reservadas para estas fiestas alrededor de 70 patas de cerdo. Pero Jonathan tiene una “doble vida”. Hace las patas y también boxeo en Estudiantes. Quiere ser profesional y está muy cerca de cumplirlo.
“Tuve que enseñarle a laburar a mi señora en la cocina porque me tocaba pelear y había que cumplir con los pedidos. No podía elegir una cosa o la otra. Quiero ser profesional. Es mi meta”, explica.
Jonathan en realidad siempre trabajó en panaderías. De a poco se fue dando cuenta que allí no tenía mucho margen para crecer: laburaba en negro, con bajos sueldos y encima llegó la pandemia. Desde ese momento profundizó su faceta emprendedora.
Tampoco es que le guarda “rencor” a sus ex empleadores. Al contrario: entiende que tampoco es fácil tener a empleados en blanco en este contexto económico.
Como si se tratara del capítulo de Los Simpson, la casa de Jonathan está llena de grasa. Él la compra día por medio en las carnicerías y luego las funde para poder utilizarla en las preparaciones.
“La materia prima está cara. Si no derretimos nosotros la grasa no tendríamos ganancia. Al principio lo hacíamos al fuego pero cuando llovía no podíamos. Ahora lo hacemos al horno”, asegura.
“Tengo un horno donde entran 8 patas. Cada horneadas son diez horas. Y tenés que estar a disposición del horno, porque me ha pasado que se cayó un poco de grasa y casi se prende fuego todo. Y no podés quedar mal: es un 24 de diciembre. Si no entregas, te van a matar”, completa entre risas.
