Caro tiene 31 años y es una verdadera gladiadora de la Plaza San Martín de La Plata. Ahora tiene una misión: prepararle algo a su pequeño para su cumpleaños.
Ella es mantera. Vende ropa usada en el centro platense y cuenta esta experiencia cargada de malos tragos. Pero todo sea por un objetivo: llevarle la comida a su hijo que está por cumplir 8 años.
“Creo que en la pandemia todos nos vimos obligados a hacer algo y yo vi la posibilidad de meterme en esto. Es una salida para juntar el mango”, reflexiona a LAPLATA1.com.
“Como todo en lo que venta hay buenos y malos momentos. En este caso se complica. Salimos de las Fiestas y no todos tienen. Por eso es que estaba buscando juntar unos pesos para hacerle el cumple. Nada fuera de lo normal pero como está todo hoy es difícil”, agrega. ¿Podrá cumplir su misión?
Hoy ya no pisa tanto la Plaza San Martín. Caro habla de “feria virtual”. Concerta por Facebook las ventas y repartos.
¿Qué quiere para su hijo? “Verlo crecer sano, que realice lo que desea en los sea que quiera hace. Estamos en otro tiempo, diferente al mío, que quizá no tuvimos las posibilidades que hay hoy”.
Su pareja se dedica a la albañilería. Son dos remadores. Él tuvo una lesión en la cintura y estuvo algunos meses sin poder trabajar. Un momento de suma complejidad: “Ahí me vi más forzada a la situación de rebuscármela con la feria; me ha ayudado mucho en ciertos momentos. No me puedo quejar”.
El mundo de la feria no es sencillo. Caro dice que tiene muchas anécdotas, pero fundamentalmente se lamenta por los “desplantes” que ha sufrido.
“Me comí muchas tomadas de pelo y plantadas”, señala. “Llevar alguna prenda y que me digan que ahora no lo querían, haciéndome un re viaje”, agrega.
“En estos últimos días, cuando hice la publicación del cumpleaños de mi hijo, tuve supuestamente varios pedidos. Pero de repente se borraron. Entonces quedas en cero de nuevo. De estos casos hay un montón. Eso también es lamentablemente la feria”, completa.
