Emanuel Alejandro Hankel trabaja, entrena y hace música. Pero algo que lo caracteriza de manera muy fuerte es su crecimiento personal y sus ganas de ayudar a quienes pasaron por su misma situación.
“Mi amor por la música es un romance largo, te podría contar mil historias porque es un amor que vuelve a nacer siempre sobre todo en tiempos duros. Nació a los 15 años cuando por primera vez pise un estudio de música pero después todo se fue para el lado del freestyle”, comenzó relatando el oriundo de Ensenada.
“A la hora de hacer canciones me gusta agarrarme de todo lo que viví y de las cosas que me pasan. Si escribo de amor, es una historia mía quizás un poco maquillada, si escribo de la vida es algo que me pasó”.
A su vez expresó un accionar solidario que va a llevar adelante con colegas: “Somos varios, yo solo impulsé consiguiendo las bicis y el sonido. Mi mayor motivación cuando escribo son cosas que generalmente me pasaron en el barrio. Por eso decidí guardar plata de los shows para hacer estos eventos de beneficio para los más chicos”.
Y siguió: “Compré bicis usadas, las refaccioné y las deje para que se puedan usar y sean lindas. También para alquilar el sonido e invitar a artistas que quieran sumarse. Después en el camino la gente se fue sumando y gracias a dios fueron pasando cosas hermosas que generaron mucho más que lo que yo esperaba”.
“Hankel” es un artista independiente y asegura que “no tengo un sello, no tengo una disquera, no tengo promotores ni sponsors que me ayuden, todo lo que voy haciendo sale de mí, y es gestionado por mí”.
“Siento que vengo muy bien. Voy creciendo a grandes pasos y me están pasando cosas lindas. Estoy agradecido con todo. Quiero seguir generando trabajo para mí y para los que están conmigo”.
Y a modo de aliento expresó: “Aguante el que está soñando porque todo llega. No importa si no tiene hoy los recursos, que le mande con lo que tenga. Hay que creer. Que la paciencia sea una base para esos soñadores. Saludos y bendiciones sobre todo para los barrios bajos”.
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Además aseguró: “Todo esto lo digo después de cartonear, de caer en la delincuencia, y de consumir”.
Y cerró: “Sé de pasar hambre, porque estuve con mi mamá solo desde chiquito. Porque ella por ahí no comía para poder criarme. Esto es lo que más me motiva para ayudar a los más chiquitos. Siento que son el futuro, está bueno que ya desde pequeños se les implante la esperanza”.
