Melissa tiene 28 años, nació en México y ahora vive en La Plata. Realmente su vida es de telenovela y lo cuenta a LAPLATA1.com.
Aterrizó en nuestra ciudad cuando tenía 12 años. ¿El motivo? Su mamá había conoció a un platense por chat. Fue un flechazo muy fuerte y ella decidió dejar todo y atravesar el continente.
Al principio, Melissa se quedó en México con su papá. Solo iba a de vacaciones para Argentina, pero en una de sus últimas excursiones decidió plantar bandera en La Plata. Había quedado fascinada de la ciudad de las diagonales.
“Tengo muchos recuerdos de México. Cada vez que puedo vuelvo. Extraño la comida, la familia y la playa”, cuenta la joven mexicana.
“Mi mamá había conocido a un argentino por el chat cuando comenzó internet, y el amor la hizo venirse acá. La adaptación no fue difícil; tengo un don para adaptarme a cualquier situación”, recuerda.
Aquí hizo rápidamente muchos amigos. Incluso más que en México: “Allá me discriminaban por ser de piel blanca; es un tema importante que pasa”.
En el lenguaje sí había algunas dificultades. Hoy las recuerda entre risas: “Tenía que acordarme de las palabras de ustedes, todo se decía distinto. Los útiles escolares, la ropa, y también adaptarme a su fanatismo por el fútbol. No estaba acostumbrada a eso. Me pareció muy loco. Me adapté aunque tampoco soy tan fanática del futbol”.
Fue al Colegio Mater Dei y la echaron por ser “problemática”. Luego terminó sus estudios en la Media 3 de Los Hornos. Por si fuera poco, Melissa quedó embarazada cuando tenía solo 16 años. “Mi vida es una telenovela mexicana”, reconoce.
En ese trayecto, vivió momentos desopilantes. Ella hablaba con naturalidad de la “cajeta”. Claro, en México se le dice cajeta al dulce de leche. “Eso generó mucha polémica”, se ríe.
Y tampoco se olvida cuando dijo que “iba a lavar los trastes”. “Allá los trastes son los platos. Cuando supe lo que significa acá, fue muy gracioso”, agrega Melissa. También tuvo que explicar muchas veces que su papá no era mariachi ni narco. Insólito.
Melissa tiene su nombre artístico. Es Melissa Power. La rompe con el canto en La Plata. Hereda el don mexicano de grandes artistas.
“El canto es mi vida. Desde que tengo uso de razón que canté. Tengo mucha conexión con eso. Con mi voz en general. Si estoy triste canto, si tengo miedo canto, si estoy feliz canto. Mi respuesta siempre es cantar”, explica.
Y reflexiona: “Cantar es aprender a elegir sobre nuestra voz. Eso es lo que hace un profesional. La clave es decidir sobre tu cuerpo para obtener el resultado que querés con la voz”.
“Soy fan de La Plata, es preciosa. Me gusta la onda gótica, la prolijidad de sus calles y la movida under porque no es selectiva. Planeo quedarme por mucho tiempo. Siendo una mujer artista, no hay mejor lugar que ésta2, completa esta joven de telenovela.
