Guillermo es de La Plata y trabaja como repartidor de productos de panadería. Se lo puede encontrar repartiendo ricos pasteles y tartas, todas las mañanas en la zona de 13 y 45.
Como todo trabajador quiso aprovechar los días de descanso en su labor para irse unos días a la costa, pero una mala elección le jugó una mala pasada, la cual se la pudo tomar un poco a “gracia”.
“Mi hermana me alquiló por internet un departamento para ir a San Bernardo cinco días. Me comuniqué con la persona que nos alquiló, hasta un día antes de ir. Me mandaba fotos del lugar, ubicación todo. Osea nunca me dio indicios para que sospeche”, comenzó relatando.
“Cuando llegué, la llamé, le escribí y nunca más me respondió”, manifestó cuando se encontraba en pleno viaje tratando de contactar a la falsa dueña.
Con valija en mano y con ganas de veranear quiso utilizar un último cartucho: “Como tenía la supuesta dirección del lugar me fui hasta ahí. Me encuentro con que el lugar existía pero la mujer había sacado fotos de hace años y las había tenido para hacer `chanchullo`”. “Digamos eran fotos antiguas las que me había mandado, porque en el lugar había lotes para vender”, acertó.
Pero también no permitió que eso opaque sus días de descanso: “Me comí la bronca y no me quedó otra que buscarme otro lugar. Por suerte había”.
Por último hizo foco en el modo en que operan para que los platenses estén atentos: “Lo que hicieron fue, manejar una cuenta, en donde uno le deposita la plata. En este caso yo le había mandado solo 10.000 pesos. La cuenta no tengo ni idea a nombre de quien debe estar porque después desaparecen, son como fantasmas”.
“Yo no uso mucho internet, por eso le había pedido a mi hermana que me consiga. Eso me paso por no saber usar las redes sociales, creo que hubiera investigado más”, cerró.
