La semana pasada, Graciela Alfano abrió su corazón para hablar de su lucha contra el cáncer. Tuvo dos operaciones y de la última intervención se está recuperando. Por supuesto, atravesar esta etapa la hizo mirar la vida desde otra perspectiva. Contó que los cuidados que tuvo siempre, ante esto, hace que el castillo de arena se venga abajo.
Por supuesto, en el medio se le vino la imagen de su familia, de sus hijos Nicolás, de su relación con Andrés Ruskowski, y Francisco y Gonzalo, de su segundo matrimonio con Enrique Capozzolo. Tuvo una charla con ellos, se unieron más que nunca, y también se acercó Quique, el hombre de quien se separó hace casi 30 años.
Graciela Alfano y Enrique Capozzolo en el casamiento de su hijo Gonzalo en 2019
Comenzaron a verse, a frecuentarse, a vivir historias similares a las que atravesaron cuando se conocieron. El primer encuentro cara a cara fue en el cumpleaños de uno de sus hijos. Según dijo en Intrusos, esa noche se dieron un beso a escondidas, en la cocina, sin que nadie los vea.
En Nosotros a la mañana dijo que había empezado a chonguear con su ex. Destacó que la palabra novio ya no se usa y que por eso estaban en esa etapa. Enrique vio eso y parece que la llamó desesperado para que no hable más del tema de manera pública. Ante esto, la relación se terminó y lo explicó en el programa de Flor de la V.
Contó que la relación comenzó antes de lo del cáncer, ya que en esa etapa no podía pensar en nadie, únicamente en ella y recuperarse porque no soportaba la idea de no ver crecer a sus nietas. Esto viene de antes pero ahora lo quiso hacer público y allí descubrió el engaño.
“Hoy recibí un mensaje que decía: ‘Prefiero terminar, porque tengo el perfil bajo...’. ¿Pero qué perfil bajo? Fuiste marido de Graciela Alfano. Después me dice: ‘Me estoy separando’. Yo ya sé la situación, chocolate por la noticia. Y después agrega: ‘Y estoy conociendo a alguien’”, soltó. Graciela.
Enseguida aclaró: “Yo desconocía que él estaba saliendo con alguien, porque sino, la verdad, no tengo ganas: yo soy sorora, no le hubiera pateado el rancho a nadie”, dijo y cerró: “La engaño a la otra conmigo. ¿Y yo qué vengo siendo? Porque no entiendo dónde estoy parada. Así que se terminó en el instante en que me dijo estoy conociendo a alguien. Ya está. Me sentí humillada, me sentí ofendida”.
