Boris tiene 44 años, está viviendo lo que siempre anheló, pero su amor por la música está presente desde hace mucho tiempo y lo cuenta al mismo tiempo que lanza su segundo disco.
Su banda denominada Kerusalem, fue en principio un proyecto solista en 2018, pero después se fue extendiendo. Se reunió con tres músicos, Roberto Garcilaso, Fede Lozano y Fede “coco” Macchi , empezaron a ensayar y entre una cosa y otra, grabaron su primer disco “El dedo en la Jagger”.
Con la llegada de la pandemia eso de desmoronó, pero él siguió escribiendo canciones en el aislamiento y gracias al aliento de un amigo volvió a hacer música y nombró a Kerusalem 2.0.
Formó un nuevo grupo de trabajo, Pedro drope, Gus Lojo, Agustín Martínez y Rami Lezcano son quienes se sumaron en 2021 se juntaron a ensayar, y cuando vieron que estaban quedando las canciones, laburaron y plasmaron lo que querían: un nuevo disco.
¿Por qué el nombre? Ante esto, Boris cuenta que “surgió porque pertenezco, (vah, mi papá), a la colectiva Judía. Salió en chiste porque un amigo me dijo que mi casa era Krusalem en vez de Jerusalén”.
Y en referencia a eso, explica: “Era un momento de la adolescencia, todo un quilombo, quedó medio en chiste y después la llamamos así a la banda”
Además, cuenta que en las letras, sus canciones tienen palabras en judío, dado que a una escuela hebrea y le gusta la idea de ir “jugando un poco con la idea de un argentino de la colectividad judía”.
“Hacer música para mi es lo más hermoso, es un juego y me siento un niño cuando lo hago. Es como que me junto con otros niños a componer, a arreglar, no se pierde esa esencia nunca” manifiesta enorgullecido el guitarrista.
Estrenó su segundo disco “Yendo a Max Nordau” y está pasando por un hermoso momento, siendo invitado a diferentes lugares a compartir su música y su objetivo es seguir haciendo lo que ama y poder ser conocido en muchos más lugares.
SU HISTORIA
Empezó a escuchar música siendo consciente, a los 10 años, cuando un amigo que conoce desde el jardín le prestó un casete de los grandes éxitos de oro, lo que le permitió conocer a The Beatles, y así nació el amor por esa banda.
A raíz de eso, comenzó a estudiar guitarra, tocando sus canciones, estudio inglés para saber que decían las letras y a los 15 formó una banda que se llamó Sirio.
Ver esta publicación en Instagram
Más adelante, creó otra a los 18 que se llamaba Baco en la que tocaban blues, y después, como no podía ser de otra forma, tuvo una banda de covers de The Beatles.
Estudio en la facultad de artes por un tiempo y en una escuela de jazz, por lo tanto su aprendizaje le permitió más tarde empezar a tocar con la banda Crema del cielo, en el 2002.
Después escuchando Rollings Stones y bandas británicas de los ’80 y ’90, se dio cuenta que le “gustan mucho los sonidos que tienen esas bandas, de los 60 en adelante”, y a partir de eso, comenzó su proyecto propio.
