Daiana tiene tres hijos, es de La Plata, y cuenta su particular historia a LAPLATA1.com. Busca un trabajo de forma desesperada. “Me doy maña para todo”, resume.
“Hace tres años me separé, volví a estar en pareja, y hace poquito otra vez me separé. Cuando me casé tenía 20 años, y hasta ese entonces no sabía lo que era la necesidad. Mi papá se esforzaba mucho para que tenga todo”, señala.
Y recuerda: “Fui a un colegio privado, al Príncipe de Paz, y salí de allí con conocimiento en contabilidad, administración, computación, derecho y filosofía. Tenía una muy buena base para seguir estudiando una carrera”.
Pero no todo avanzó como imaginaba. Daiana dice que su mamá era “sobreprotectora” y que ella “vivía en una burbuja”. El problema se desató con Abogacía. Según cuenta la joven, ella no estaba “apasionada” por la carrera y decidió dejarla.
Hubo un conflicto fuerte y Daiana cuenta que “un día decidí irme de casa y ahí conocí al padre de mis hijos y supe lo que era el esfuerzo y la necesidad”. Al poco tiempo, ella quedó embarazada. Su vida había dado un feroz vuelco.
Se puso a vender rosquitas, pan. Todo sumaba. Hasta vivió una experiencia traumática. Fue a una casa a limpiar y se encontró con algo inesperado: “Me encontré con lo peor, lo único que quería era salir con vida y volver a mi casa”.
“He llegado a no tener nada y mis hijos comer solamente fideos. Cuesta cada vez y no hay plata que alcance. Para alguien que está sola, con tres chicos, es bastante complicado”, reflexiona.
“Quiero trabajar, de lo que sea. He llegado a preguntar por trabajos de construcción, pintura. Me doy maña, sé lo que es que te duela el cuerpo por trabajar”, indica.
¿Y qué soñas a futuro? “Hace rato que nadie me preguntaba eso. Me gustaría tener mi casa propia, mi trabajo, y sinceramente me gustaría poder ayudar a madres solteras. Me gustaría ser el oído para escuchar a esa madre que cree que ya no puede más por la economía, que no está ni segura yendo a una entrevista de trabajo o a un lugar con esa promesa de trabajo”.
