Gise es de La Plata, estaba en la lona y resurgió de las cenizas. Fue gracias a una donación de dos paquetes de harina y una levadura.
“Lo empecé por necesidad, me había separado y necesitaba trabajar de algo. Tengo un bebe, y al resto de mis hijos no los puedo dejar solos. Todo lo que cobraba en un trabajo se me iba en niñera. No me convenía laburar afuera”, cuenta a LAPLATA1.com.
¿Cómo empezó todo? Gise se separó y asegura que “ya directamente no tenía nada”. “Me donaron dos paquetes de harina y una levadura. Hice unas pizzetas y se me ocurrió la idea de sacarle una foto, la publiqué en redes, y ese día me mandaron mensajes miles de personas”, recuerda. Son de la zona de Melchor Romero.
Desde ese momento no paró. Cuenta con cierta clientela. Al principio no cobraba los envíos, pero hoy debe hacerlo. Ni siquiera tienen moto; entregan los pedidos en micro. Todo a pulmón.
“El padre de los chicos está de nuevo con nosotros, y me da una re mano”, agrega. El problema es que él sufrió hace 7 años un accidente y no consigue trabajo. “No lo toman en ningún lado ya que tiene fierros en las piernas”, asegura Gise.
De todas formas, no se queja de tener que entregar los envíos en micro: “Mientras vendamos, el tema del reparto es lo de menos. Yo solo cocinaba para mi casa y nunca había pensado en vender aunque a veces me lo habían dicho”.
Y cierra: “Tengo 5 hijos y trabajamos para que ellos puedan comer todos los días. Por suerte con este proyecto nos alcanza para vivir el día a día y darles sus cosas básicas. Nuestra idea es abrir un negocio; ojalá podamos lograrlo”.
